Después de los retrasos por trámites administrativos como concretar la disolución de la anterior agrupación, Moaña por fin contará en septiembre con un nuevo servicio de Protección Civil. En este caso será una agrupación con el pertinente convenio con el Concello, regularizada y controlada desde la administración local.

Serán 12 los voluntarios que comiencen con el servicio. El cuerpo estará integrado por nueve varones y tres mujeres. Todos ellos residentes en el municipio.

El edil de Seguridade, Ezequiel Fernández, explica que la nueva agrupación ya está debidamente anotada en el registro autonómico y que cuenta con el visto bueno para empezar a funcionar. Lo único que retrasa la puesta en marcha del servicio es la recepción de los trajes identificativos y la puesta a punto de los tres vehículos. Se encuentran pasando las revisiones oficiales.

El nuevo servicio podría empezar a trabajar con los tres vehículos de los que disponía la anterior agrupación: un patrol, una furgoneta y un vehículo de intervención en emergencias que cuenta con una bomba de agua.

La adquisición de los trajes obligó al Concello a invertir 6.000 euros, par lo que fue necesario afrontar una modificación de partidas en los presupuestos municipales de 2016, según explica Fernández.

La intención es que a mediados de septiembre cuenten con todo el equipo necesario para empezar a operar. Llegarán a tiempo para colaborar en eventos como el rally Subida á Fraga, que se espera que llene del municipio de gente en el mes de octubre.

A finales de febrero el gobierno local de Moaña sorprendió al suspender el servicio de Protección Civil que funcionaba desde hacía dos décadas. Carecía de convenio con el Concello y se habían detectado distintas quejas como las críticas de otros ayuntamientos por participar en operativos sin contar con el correspondiente permiso de la Alcaldía de Moaña.

Entonces fue cuando Fernández inició los trámites para dar de baja aquella agrupación, aprobar una nueva ordenanza municipal y poner en marcha un nuevo servicio con control municipal.

La intención inicial era que los voluntarios se pudiesen desplegar en verano, pero los plazos de los distintos trámites retrasó su puesta en marcha.

La base seguirá estando en el inmueble del antiguo Concello, en la céntrica calle Ramón Cabanillas.