El Concello de Cangas requirió ayer a la empresa que realizar, por encargo del Arzobispado de Santiago, las obras para asegurar la capilla de A Pedreira, que no se están adoptando las medidas de seguridad que se determinan para estos casos. Hasta el alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, llegaron quejas de que la empresa no está instalando ni redes ni vallas protectoras con el fin de que los trabajos de asegurar el templo y retirar el escombro no afecte a personas que transiten por la calle y también a la propia vía.

Un inspector municipal de obras acudirá hoy a conocer con exactitud la situación de estas obras y el regidor local ya advierte que si no se tienen en cuentas estas medidas, el Concello actuará contra el Arzobispado de Santiago de Compostela, que es quien contrata la obra. Se quiere evitar que caigan elementos de la fachada sobre la vía y también asegurar el tránsito de los viandantes. No hay que olvidar que es un templo situado en una zona muy transitada, por lo que la actuación debe ser lo más rigurosa posible, para evitar males mayores.

El Concello de Cangas había otorgado a la Iglesia un plazo de 15 días para que colocara andamiajes de protección y procediera a retirar el escombro y asegurar lo que queda del templo, bajo la advertencia de una multa de 10.000 euros.

El alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, recuerda que en esta obra no tiene competencias directa, pero sí que velará porque se cumpla estrictamente la ley en lo que respecta a medidas de seguridad, que sí son de su competencia.

Más de cinco meses después del derrumbe del templo tardó el Arzobispado de Santiago de Compostela en intervenir. Los vecinos de A Pedreira confían en recuperar el templo para uso religioso. No quieren que la capilla de A Pedreira se convierta en un museo, insisten que que se debe reformar para actos religiosos. En este sentido, hablan de que antes de que lleguen las lluvias sería necesario afrontar la construcción del tejado que se vino abajo este invierno pasado. Hay que desmontar las cornisas y asegurar parte de las fachadas que quedaron inestables. La obra de reforma ya cuenta con el visto bueno de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta, sin cuyo informe favorable no se podía empezar.