La solidaridad no tiene edad, como volvieron a demostrar ayer decenas de familias que se acercaron a los campos del kenyata en respuesta a la convocatoria de la Asociación Galega de Afectados pola Esclerose Lateral Amiotrófica (Agaela), que invitó a la población a unirse al remojón contra la enfermedad. Con un cubo, tinaja o bidón como única herramienta, y con la niebla refrescando el arenal de Rodeira, los participantes empezaron la ronda de refresco a partir del mediodía, llenando los recipientes en el grifo de agua que suministra a las pistas deportivas, aunque fue en torno a la una de la tarde cuando formaron un círculo en el campo de fútbol y se sucedieron los grandes remojones, ya fuera dejando caer el agua sobre la cabeza propia o lanzándola sobre la ajena.

"Veninos porque uno no puede quedarse en casa como si no pasara nada mientras otros sufren", justificaba Andrea, que acudió acompañada de su pareja e hija, muy activa en el intercambio de chaparrones con otros asistentes. Desde las gradas observaban, animados, varios pacientes con la enfermedad, entre ellos el cangués Agustín Guimeráns, una de las cabezas visibles de esta lucha y de las campañas que, bajo el lema "Mójate por la ELA", intentan acaparar la atención de la sociedad y de los medios de comunicación que se traduzca también en apoyo institucional.

Carlos, Alberto o Miriam también prefirieron ayudar en la campaña y darse un chapuzón de agua dulce antes que disfrutar de una jornada de playa o de las terrazas del entorno. "Aquí facemos máis falta, e tamén se pode pasar ben axudando", intevino un espontáneo mientras salpicaba, haciendo un cuenco con la palma de la mano, a otros conocidos, la mayoría de ellos con camisetas blancas o naranja y la inscripción "La ELA existe", "Contra la ELA", "La vida no se recorta" o "Xuntos contra a ELA". Aunque nadie niega la crudeza de la enfermedad, las ganas de plantarle batalla son comunes, y la gran mayoría de participantes regresaron a casa con el cubo vacío, pero colmado de esperanza el corazón.