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Los terrenos no tienen consideración de edificables hasta que se apruebe un plan urbanístico de desarrollo

Bueu insta al Catastro a dar de baja en el censo del IBI las fincas urbanas con uso rústico

La medida cumple con una sentencia del Supremo y beneficiaría a propietarios de Agrelo-Portomaior y As Lagoas

Una vista aérea de Agrelo-Portomaior, con los terrenos no urbanizables al lado de la PO-551. // G.N.

El Concello de Bueu tiene en la actualidad abierto el periodo de cobro en vía voluntaria del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), conocido como la contribución urbana. Los servicios jurídicos municipales trabajan en estos momentos en una propuesta para presentar ante la Gerencia Territorial del Catastro para actualizar ese padrón, pero no para aumentarlo, sino para "aligerarlo". Esto es, la reducción del número de propiedades sujetas al pago obligatorio de este impuesto. Los beneficiados serán los propietarios de terrenos que en su día eran urbanizables, que durante años han pagado como si sus parcelas fuesen urbanas y que a día de hoy, en la práctica, siguen siendo rústicas.

El ejemplo más "palmario", como admiten desde el gobierno local, es el de los terrenos del antiguo plan sectorial de Agrelo-Portomaior, una superficie situada entre el frente urbanizado de la playa y la carretera PO-551. El desarrollo urbanístico de este ámbito lleva en punto muerto más de una década. En su momento el gobierno local, por entonces también presidido por Félix Juncal, había planteado a la Xunta de Galicia, cuando Alberto Núñez Feijóo era conselleiro de Política Territorial, la posibilidad de solicitar la "excepcionalidad" para este ámbito. Lo cierto es que a día de hoy, después de la aprobación del Plan de Ordenación do Litoral (POL) y de las Directrices de Ordenación do Territorio (DOT) eso es ya imposible. Esas parcelas pasan a ser rústicas, una situación que se consolida con el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM).

Pese a ello durante todos estos años han cotizado como urbanas, aunque con algunos coeficientes reductores. "O Concello cobra o IBI segundo un censo que lle pasa o Estado e o Catastro. Agora o que vamos a tentar é que den de baixa a esas fincas que figuran como urbanas e que son rústicas", explican el alcalde, Félix Juncal, y el edil de Urbanismo, Martín Villanueva.

El de Agrelo-Portomaior es el caso más evidente, aunque no el único. Desde la Concellería de Urbanismo apuntan que esta medida beneficiaría a los propietarios de parcelas en los ámbitos aún por desarrollar en As Lagoas, cuyo crecimiento también estará condicionado por el POL, y en la futura unidad de actuación que se prevé en el entorno del centro de salud, que es la que incorpora la prolongación de la calle Johán Carballeira hasta la PO-551. "Son terreos urbanizables e aptos para urbanizar, pero non se transforman en solares edificables ata o momento en que se aproba un plan parcial ou un instrumento urbanístico para o seu desenvolvemento", explican desde el consistorio buenense. Otro ámbito que podría verse beneficiado es el del convenio urbanístico vinculado al campo de fútbol de A Graña.

Este criterio lo impuso el Tribunal Supremo en una sentencia de 2014, que obligó al Estado a una reforma de la Ley Hipotecaria y la del Catastro Inmobiliario para dejar fuera del censo del IBI urbano al suelo edificable sin desarrollar. En Galicia se estima que hay unas 46.300 hectáreas en esta situación y no todos los ayuntamientos han dado los pasos para su retirada del padrón de la contribución urbana.

Desde Bueu explican que se ha optado por esperar hasta la aprobación provisional del PXOM. "Ese trámite permitiu ter unha información xurídica definitiva sobre a situación deses terreos e trasladala aos organismos competentes", argumentan desde el ejecutivo local.

Este año el padrón del IBI urbano está integrado por un total de 10.198 unidades catastrales, que a su vez significarán unos ingresos de 1,5 millones, casi 200.000 menos que el año pasado. Con esta nueva reforma el volumen de ingresos sufrirá un nuevo descenso, que desde los servicios municipales apuntan que "aínda é moi cedo" para cuantificar.

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