Hace menos de dos semanas un incendio forestal en el entorno del lugar de Costa do Figueirón, en la parroquia buenense de Beluso, puso en alerta a los vecinos. En la noche del martes al miércoles los residentes tuvieron que volver a salir de sus casas con mangueras y cubos de agua para hacer de nuevo frente al fuego. Esta vez parece que no fue intencionado, sino que el origen está en el fuerte viento del noreste. Durante la noche las rachas llegaron a alcanzar picos de entre 40 y 50 kilómetros por hora, según las estimaciones de los servicios de emergencia.

"Es una zona a la que le da mucho el sol y que está muy expuesta al viento. Es perfectamente probable que quedasen rescoldos en alguna raíz o en el terreno y que con el viento del martes se reprodujese el fuego", explicaban desde Protección Civil Cangas, que asumió las labores de extinción. La alarma saltó alrededor de las once y media de la noche, en el monte situado por debajo de la carretera PO-315, que une Bueu y Beluso. El gran problema es que las llamas llegaron a cruzar la carretera y afectaron al terreno de la parte de arriba. La rápida intervención vecinal permitió sofocar ese foco de inmediato. "Si llega a prender no hay manera de parar el fuego, llegaría hasta las viviendas de la Rúa Nova de Abaixo", decían los vecinos y las autoridades municipales. Hasta el lugar se desplazaron el alcalde, Félix Juncal, y el concejal de Medio Ambiente, Manuel Otero, que además reside en las cercanías, y colaboraron en la extinción.

El fuego quedó controlado poco después de la medianoche, aunque los vecinos y los efectivos de Protección Civil permanecieron en la zona refrescando y moviendo el terreno para sofocar completamente el incendio y evitar que se reprodujese. Durante los trabajos de extinción la Guardia Civil y la Policía Local cortaron temporalmente el tráfico en la PO-315, entre la Costa do Figueirón y el cruce de Cabalo.

Hubo momentos de cierta tensión y temor porque algunas fuentes apuntaban que también visto llamas en San Amedio y Montemogos. La patrulla de la Guardia Civil y uno de los vehículos de Protección Civil Cangas recorrieron la zona, que comprobaron que afortunadamente se trataba de una falsa alarma.