Boikot es una de las bandas de punk-rock más conocidas del panorama estatal, con una brillante carrera labrada desde 1987. Esta noche actúan en el Festival SonRías Baixas por segunda vez y son uno de los principales argumentos por el que miles de personas se acercarán al evento de Bueu.
-Segunda vez en el SonRías, actuaron el pasado otoño en el Festival da Liberdade... ¿Están abonados a O Morrazo?
-(Risas) Exactamente. En donde hay buena onda y buena energía siempre coincidimos los mismos. Da gusto que cuenten con el grupo, sobre todo porque llama la gente. Si no es por la gente que acude a los conciertos no nos llamarían. Hace un par de años tocamos también en el SonRías. Son tres días de rock y de mucha juerga.
-Es un festival que no deja de crecer.
-La percepción de los que más o menos vamos siguiendo el SonRías es que se ha ido consolidando año tras año. Y ya de por sí es un pueblo y una comarca que tiene una tradición musical. Ya recuerdo ir a tocar a Bueu, al Aturuxo, hace 20 o 25 años. Eso hace que muchos grupos ya hayan pasado por la localidad tocando. Bueu ha hecho escuela desde hace muchos años. Es digno de alabar cómo se mojan los organizadores por traer un cartel tan importante. En el fondo es un beneficio para toda la localidad.
-Boikot empezó en los años 80. ¿Cómo evolucionó el punk-rock desde entonces?
-Creo que van cambiando las modas pero el punk, el rock o el heavy metal son estilos que siempre han estado ahí y han tenido su público. En los últimos 25 años han cambiado las modas y la manera de pensar de muchos chavales. A base del bombardeo mediático de muchos medios de comunicación, que parece que tratan de arrinconar a estos estilos. Pero creo que siempre queda un espíritu de rock. Si haces un recuento del número de festivales y del público que arrastran los festivales y bandas de rock son las que más gente mueven en el Estado. Pero estos estilos y muchos otros quedan arrinconados por los grandes medios de comunicación.
-¿Las redes sociales se han convertido en un arma para reprimir la libertad de expresión?
- Muchos grupos y músicos como César Strawberry o SA han sufrido la censura y se les ha intentado acusar de muchas cosas por sus canciones o comentarios. Pero al final los tribunales, que son los que tienen la última palabra, han demostrado que eran acusaciones infundadas, sacadas fuera de contexto y puestas en boca de terceros. Por mucho que repitan una mentira al final sale a relucir que es una mentira. Muchos grupos sufrieron persecución en los últimos años. Parece una caza de brujas. Esta sociedad debería superar esta inquisición cultural. Existe desde que el mundo es mundo y siempre contra la parte artística, que es la que siempre ha querido hacer pensar y criticar.
-¿Boikot tiene cuerda para rato?
- Nos queda la cuerda que el público nos quiera dar. Creo que nos debemos a nuestra gente. La presencia del grupo en los festivales viene de la mano del interés del público en general, por eso estamos muy agradecidos. La pretensión es dar lo mejor de uno mismo, divertir a la gente y ofrecerles un lado crítico de la actualidad.
-Han tocado punk, ska, ritmos balcánicos... ¿Qué explorará Boikot en el futuro próximo?
-Eso está por ver. Pero en los últimos 3 años hemos apostado por los ritmos más folk, con nuevos miembros. Trompetas, violín. Buscamos un lado más bailable y divertido. Siempre nos gustan los nuevos matices.
