Las obras de ampliación del Corredor y transformación en autovía del primer subtramo adquirieron ayer una nueva dimensión. Y es que la empresa contratista comenzó con las explosiones para retirar piedra de los taludes, lo que ocasionó cortes puntuales en el tráfico. Hasta tres explosiones se efectuaron ayer. Se repetirán nuevamente la próxima semana por lo que los cortes puntuales de media hora serán una constante de lunes a viernes, según las previsiones.

Las explosiones de ayer se efectuaron en un plano horizontal de la ladera, en el punto kilométrico 2+300, en el margen derecho de la carretera entre el viaducto de A Moura y la salida de San Lourenzo. Los técnicos emplearon mantas de caucho negro de gran tamaño para reducir el impacto de las voladuras y evitar que se proyectasen piedras sobre la calzada. Asimismo, ya se habían construido unas barreras de hormigón con estructura de acero y madera, para separar también la calzada en uso de la piedra que se desprendió tras el uso de la dinamita.

Esta piedra y material se reutilizará en la propia obra, para compensar y corregir desniveles durante la construcción de los nuevos carriles.

Los cortes de tráfico se realizaron en la salida de Meira y en el acceso al propio Corredor desde la rotonda de Domaio. En los momentos en los que el tramo de más de 6 kilómetros estuvo cerrado los coches se desviaron por la carretera PO-551, sin que se generasen retenciones significativas.

25 personas

En las explosiones trabajaron unas 25 personas. Las cargas explosivas que se introducían en la piedra eran "limitadas", según explican los operarios. Esto es, que nunca superaban los 500 kilos de pólvora "para evitar la caída de piedra al asfalto y no ocasionar temblores fuertes que pudiesen dañar las viviendas cercanas", relataban los técnicos tras la reapertura del Corredor después de la primera explosión efectuada ayer pasadas las diez de la mañana.

Se realizaron dos explosiones con sus respectivos cortes de tráfico por la mañana y una tercera en horario de tarde. Solo para la obra del primer subtramo del Corredor, la empresa constructora estima que será necesario retirar entre 150.000 y 200.000 metros cúbicos de piedras para ganar el espacio necesario para la construcción de la futura autovía.

La obra se divide en tres subtramos y desdoblará el Corredor desde el acceso en la salida de la AP-9 hasta el primer enlace de Cangas. Los nuevos carriles se construirán por ambos márgenes, en función de la conveniencia en cada caso. En el primer subtramo se actuará en más de 3 kilómetros lineales.

La parte más compleja

La construcción de un segundo túnel bajo el monte de Montealegre y de un segundo viaducto en A Moura son las dos estructuras más complejas y costosas. Ambas se levantarán en el margen sur de la carretera. Los trabajos del segundo subtramo comenzaron a finales de junio.