Fue un fin de semana veraniego perfecto, con el viento justo para navegar y disfrutar de la navegación tradicional por la ría de Pontevedra. Más de una veintena de embarcaciones tradicionales llegadas desde varios puntos de Galicia e incluso un bote de Vegadeo, en la frontera gallego-asturiana disfrutaron de la vigésima edición del Encontro de Embarcacións Tradicionais que organiza la asociación Os Galos. Hubo distintas dornas, galeones, algún racú y toda la flota de Os Galos.

Una de las actividades más atractivas de la edición de este año fue la demostración realizada en la playa de Banda do Río de un arte de pesca. Os Galos eligió la rapeta, que es un oficio que está prohibido desde hace décadas. "Es un arte que se prohibió porque es de un arrastre no selectivo. Coge de todo y mucho pescado pequeño, que se moría en la playa mientras los marineros lo escogían", explica el presidente de Os Galos, Víctor Domínguez. En este caso se trataba de realizar una demostración y recuperar una parte de la memoria de un pueblo marinero como Bueu, donde muchos de sus habitantes recuerdan aún perfectamente como se trabajaba este aparejo.

Dos lances

Se realizaron dos lances y el más productivo fue el segundo, en el que se llegaron a coger una veintena de sargos medianeiros, piardas y bolos. "Pero todo lo que se cogió con el cope se devolvió al mar", explica Víctor Domínguez, aún a disgusto de los más pequeños. La demostración llamó la atención de los bañistas que estaban en la céntrica playa buenense, sobre todo de los niños, que colaboraron activamente a la hora de recoger la red.

El Encontro de Embarcacións Tradicionais también incluyó una exposición en la sala Amalia Dominguez Búa, una comida y cena en el Aturuxo y se cerró ayer por la mañana con una última y placentera singladura a vela y sin motor por la ría de Pontevedra.