El festival volverá a celebrarse en el ámbito de A Estacada y desde el martes el movimiento es absolutamente continuo en este espacio. Este año Troula na Banda ha apostado por adelantar más aún el montaje que requiere un evento tan complejo, que incluye una carpa de 12 metros de altura y una superficie de 1.500 metros cuadrados.

Uno de los aspectos en los que incidieron todos los presentes ayer en la presentación fue la colaboración y aportación de la empresa privada. Ese apartado de "responsabilidade social" al que aludía Carmela Silva durante su intervención y que todas las partes entienden que debe ir en aumento en las próximas ediciones.

Lo cierto es que el SonRías Baixas ha logrado la implicación y la colaboración de un importante número de compañías y ayer en la presentación estaba el representante de una de ellas, la gallega Rei Zentolo, que se encarga de toda la parte gráfica y de diseño. Uno de sus representantes, Salvador Vázquez, explicó alguno de los detalles del original diseño del cartel, que deparó algunas sorpresas. La imagen central es una joven festivalera, con una chupa o cazadora de cuero, en cuya espalda se ve pueden ver los nombres de los grupos. Los diseñadores incluyeron un parche con el logo del SonRías en una de sus mangas y la gran sorpresa es que muchas personas empezaron a pedir ese mismo parche, que en realidad no existía físicamente. "Ao público hai que darlle o que pide", afirman Jordi Lorenzo y Salvador Vázquez, que apuntan que el famoso parche formará parte del merchandaising de este año.

El cartel incluye un guiño en su esquina derecha, con dos golondrinas llevando una cinta en la que se puede leer "O Festival do Verán". "Dicen que son os paxaros que anuncian o bo tempo, así que despois do que pasou na anterior edición decidimos metelos no cartel. De feito, dende que o deseño está na rúa fai este calor", comentaba ayer entre risas el responsable de Rei Zentolo.