-¿A raíz de qué situación surge el enfrentamiento del año pasado?

-El problema surgió debido a que el Ayuntamiento nos pidió que prolongáramos la actividad de Argálica quince días más. Fue una decisión errónea, no nos sirvió prácticamente de nada. A los artesanos que se quedaron no les fue bien en esos días.

-¿Tenían motivos para estar enfadados?

--A los comerciantes no les gusta que, de repente, haya género que compita con sus productos. Pero, por otro lado, tienen que entender que cuando alguien se aficiona a comprar un producto de calidad y luego lo ve en un comercio convencional y este lo tiene, el cliente lo compra allí. Para un comercio esto, en el fondo, también es publicidad.

-¿Piensa entonces que Argálica también les beneficia?

-Totalmente. Cuando el público se acostumbra, por ejemplo, a comprar una joya sino estamos nosotros, va a un establecimiento de calidad. A veces no entiendes los motivos por los que se quejan.

-¿Pagan los mismos impuestos que ellos?

-Nosotros pagamos exactamente lo mismo. Luz, agua, impuesto de la Seguridad Social...Es lo mismo que en una tienda excepto que no tienes que pagar un alquiler mensual.

-¿Cuánto cuesta tener un puesto en esta feria?

-Depende del tipo de caseta que tengas. Los pequeños cuestan 600 euros, los medianos 900 y los grandes alrededor de 1.100 euros. Pagan por la publicidad, el montaje y la seguridad. El Concello de Cangas no se lleva nada.