Las voladuras en el primer subtramo del Corredor de O Morrazo para su conversión en autovía comenzarán en tres semanas y provocarán cortes puntuales de apenas 30 minutos a fin de tener la mínima incidencia posible en el tráfico de esta vía. La adjudicataria de las obras, Copasa, está únicamente pendiente de recibir el visto bueno de la Guardia Civil al plan de seguridad y salud necesario para este tipo de actividades. Será la primera de una serie de actuaciones que cambiarán la fisonomía de un trazado que comenzará a ser más visible en los próximos meses, con la construcción del muro de contención próximo al futuro túnel en Montealegre y el levantamiento de los pilotes que soportarán el desdoblamiento del viaducto de A Moura.

La particular orografía por la que transcurre el trazado de la futura autovía obligará a la utilización de explosivos para despejar el camino en varios puntos de los 3,2 kilómetros de recorrido del primer subtramo, que transcurre entre la glorieta de Domaio y el enlace de San Lourenzo. De este modo se prevén voladuras en las proximidades de la rotonda para acometer el viaducto de conexión directa con la autopista AP-9, y también en los tramos situados justo antes y después del viaducto de A Moura. La previsión es realizarlas en las franjas horarias de menor circulación en el Corredor, de 10 a 12 y de 16 a 17 horas, y evitando los fines de semana, para influir lo menos posible en el tráfico, que será desviado por la PO-551 durante los cortes.

Más inminente se prevé la realización de las cimentaciones para el desdoblamiento del propio viaducto de A Moura. Las excavaciones están prácticamente listas y posiblemente la próxima semana se empiece a hormigonar para sentar las bases del nuevo puente. Las irregulares condiciones del suelo han obligado a incluir en el proyecto una doble solución para fijar los dos estribos y los 10 pilares que sustentarán el tablero de la calzada. Allá donde el terreno ofrezca unas condiciones idóneas se optará por la cimentación directa, con seis metros de profundidad. En las zonas en donde el terreno no sea tan bueno se apostará por micropilotes para distribuir la carga de 2.100 toneladas de cada pila. Eso sucederá en la mitad de ellas, y alguna tendrá una base formada por hasta 45 micropilotes que descenderán a entre 20 y 22 metros de profundidad. La idea es que antes de final de año puedan estar levantadas las pilas -alguna de ellas de hasta 40 metros de altura- mientras que la colocación del tablero se dejará para el inicio de 2017.

Paralelamente al desarrollo del trazado en sí se están llevando a cabo una serie de actuaciones para preservar en la medida de lo posible elementos de carácter medioambiental, patrimonial y etnográfico. La más destacada de todas ellas son las excavaciones que se están realizando en el Castro de Montealegre, en el entorno en el que se construirá el nuevo túnel para dar servicio a los vehículos que discurran en dirección Cangas-Domaio. La campaña tiene 3,5 meses de duración, ampliables por la Dirección Xeral de Patrimonio, algo que parece más que probable habida cuenta de las dificultades del trabajo a realizar en una zona escarpada con desniveles de hasta el 50 por ciento y de la importancia de los hallazgos.

Los arqueólogos están desarrollando su actividad por el momento en la cara oeste del castro (en la este solo han acometido tareas de limpieza), sacando a la luz un asentamiento distribuido en bancales para salvar la pendiente y en la que ya pueden verse cuatro cabañas. El nivel de derrumbe es importante, lo que ha obligado a focalizar buena parte de los trabajos en la retirada de piedras si bien ya han aparecido piezas de interés en este yacimiento de unas 4 hectáreas de superficie del que solamente se verán afectados unos 800 metros cuadrados. Asimismo, se han descubierto elementos singulares como un muro de contención sujetando un concheiro.

Una vez finalicen las actuaciones de los arqueólogos en el castro habrá luz verde para que se realicen los sondeos previos a la construcción del nuevo túnel de Montealegre. De ellos se extraerán los datos necesarios para perfilar el plan de trabajo que permitirá hacer realidad esta infraestructura de 84 metros de longitud que irá situada siete metros por debajo del actual túnel. Mientras que el resto de tramos se ejecutará de modo normal, el túnel está ligado a la cautela arqueológica del Castro de Montealegre, por lo que no se actuará en él hasta que las excavaciones terminen. Una vez lo hagan y si las prospecciones no revelan ningún tipo de problema de tipo geotécnico, el tiempo de ejecución estimado por la Consellería de Infraestruturas e Vivenda y por Copasa es de tres meses. Se mantiene, por tanto, la previsión de finalizar este primer subtramo en octubre de 2017.