Es una estampa que se repite cada verano, o al menos es cuando lo denuncian vecinos que llegan de vacaciones al entorno urbano de Cangas y comprueban cómo el río Bouzós se tiñe ocasionalmente de blanco. Volvió a suceder ayer, pasadas las dos de la tarde, aunque ese tramo del cauce permanecía blanquecino varias horas después. No se percibían olores fecales, lo que hace pensar que se trata de algún vertido industrial.

"Nos encontramos esta imagen cada temporada estival", alertó una visitante que veranea todos los años en Cangas y que pide que se investiguen las causas. "Desconocemos si el vertido es contaminante, si puede dañas la flora y la fauna, pero además el río desemboca en una playa con bandera azul (Rodeira) y es necesario comprobarlo", recalcan los testigos, que han visto algunos peces muertos por la zona y piden que las autoridades medioambientales determinen las causas y tomen medidas.