Los marineros de Bueu, Cangas, y Moaña rindieron homenaje ayer a su patrona, la Virgen del Carmen, con la tradicional procesión marítima que celebran las tres localidades con asistencia multitudinaria. Además de la devoción y el fervor religioso por la "reina de los mares", a la que piden auxilio en situaciones difíciles y agradecen que cuide de los suyos, la jornada tiene mucho de lúdico y festivo, como demuestran las decenas de embarcaciones repletas de gente con música y degustaciones a bordo. El buen tiempo se convirtió en el mejor aliado de la travesía.

Los barcos de Cangas y Moaña se juntaron a las siete y cuarto de la tarde frente a la playa de Rodeira en un encuentro que hermana a vecinos que comparten una ría que los une y les ofrece múltiples recursos. Dos horas antes había salido desde el puerto cangués la imagen del Carmen procedente de la iglesia de Darbo y embarcó en el Baido, un balandro patroneado por Cristóbal Carvallo. La tripulación estaba compuesta por un variopinto grupo, encabezado por el sacerdote invitado, Eloy Perales, párroco de Ponteareas, y los gaiteros de Lembranzas da Ría, que se encargaron de amenizar la travesía.

En el resto de la flota no faltaron elementos menos religiosos como empanada, cerveza e incluso alguna botella de destilados. El barco Araceli se encargó de poner buen ambiente y música nada más arrancar. En esta embarcación viajaba el párroco, Severo Lobato, que no tardó en desabrocharse el alzacuellos para disfrutar del aire de la ría y de una bebida refrescante.

Mientras tanto, en el Baido iban surgiendo charlas propias del caluroso día de ayer. El edil Alfredo Iglesias fue el único representante de la corporación local a bordo de este bateeiro. Comentó que su asistencia "non é cuestión de ser crente ou non, senón de estar neste día cos mariñeiros de Cangas". Una circunstancia que para él tiene una trascendencia especial debido a que "esta vila está deitada no mar, somos un pobo que vive da pesca".

La procesión hizo su primera parada en el muelle de A Congorza y se lanzaron los primeros fuegos. Elloy Perales contemplaba admirado el buen ambiente de la procesión. Para él no era un día cualquiera: "Hoy celebro los cinco años que me ordenaron sacerdote", declaró. Su presencia en el Baido no fue casualidad: "Me invitan todos los años y yo estoy encantado de venir, pero a ver si me dejan descansar alguno", bromeó.

Areamilla y Santa Marta fueron las siguientes paradas. El pinchadiscos del Araceli amenizó la travesía recordando éxitos de Manolo Escobar, Pimpinela o el clásico "Sarandonga" de Lolita. Acordes para acompañar los chapuzones de quienes decidieron parar las embarcaciones en las bateas para refrescarse .

En Santa Marta, y tras la bendición de los navíos y las palabras de recuerdo a los dos marineros fallecidos este año en Agoeiro, se ofició la tradicional ofrenda floral a la Virgen del Carmen en memoria de los fallecidos en el mar. Tras las salvas, las embarcaciones iniciaron el regreso, parando de nuevo en Areamilla y A Congorza, para enfilar el tramo final del recorrido, el arenal de Rodeira, donde a las siete y cuarto la flota se fundía con la de Moaña, al frente de la cual navegaba un cuarteto de bateeiros encabezados por el Tuniña, que portaba la imagen de la Virgen.

El encuentro con las embarcaciones de Moaña se produjo alrededor de las siete y cuarto de la tarde en la playa de Rodeira. Los moañeses llegaban con la Tuniña al frente de cuatro bateeiros que, imponentes, abrían su procesión. Hojas de palmera adornaban unas embarcaciones atestadas de gente y música. Varias de ellas abarloaron y hubo gente que saltaba por la borda para compartir saludos de amigos y familiares de ambos municipios. Tras la despedida, el Tuñina y su séquito pusieron rumbo a Moaña y el Baido a Cangas, seguido por una comitiva con casi todos los barcos indemnes excepto una pequeña embarcación que perdió la puerta de la cabina tras un choque accidental sin mayores secuelas.

La procesión de la Virgen del Carmen de Cangas y Moaña congregó a alrededor de dos centenares de navíos, según algunos veteranos participantes, aunque calculan que fueron menos que en otros años los que decidieron engalanar sus barcos y echarse a la mar en honor a la patrona. "No hay tantos barcos como en otros años. Yo creo que puede ser por el calor que hace hoy", señaló el patrón del Baido, Cristóbal Carballo. La asociación "O Farolillo", organizadora de la procesión, fijó en 80 los que partieron de Cangas.

Gran despliegue en Bueu

Sin embargo, en Bueu los asistentes coinciden en que hubo más gente que nunca, tanto en la misa de campaña celebrada en la lonja (con más de medio millar de personas) como en la posterior procesión marítima en la que participaron unas 150 embarcaciones de todo tipo, encabezadas por el bateeiro Molubesa 3, que portaba la imagen de la Virgen. Una nutrida representación política, encabezada por el alcalde, Félix Juncal, y la directora de la Axencia de Turismo de Galicia, Nava Castro, participó en unas ceremonias donde el principal protagonismo se reserva para las gentes de la mar.