"Quen mo iba a decir, que agora de vella ía ir máis á escola que cando era unha moza", ironiza Concha, una mujer que no aparente llegar a los 60 años y que participa en uno de los tres cursos de manipulación y aplicación de productos fitosanitarios que desde ayer se imparten en Cangas, dos de ellos en el aula móvil de formación desplazada por la Consellería de Medio Rural y el tercero en las instalaciones de Granxa da Rúa.

"Vou máis á escola para dar sulfato que fun para aprender a ler e escribir", bromea, porque repasa en voz alta los apuntes con una soltura que constata una mayor formación académica de la que pregona. "Está ben saber algo de todo, pero nin tanto nin tan pouco", opina Luis, que presume de frutales y cuyos viñedos le producen una cosecha "xeitosa" que él cuida con mimo y a la que le saca "cinco duros, para pagar o sulfato".

Las 90 plazas convocadas en Cangas en los últimos días fueron rapidamente cubiertas. "Cando menos sirven para sacar o carné e aforrar a multa", remacha Luis.