Juan Cadabón ya está en Cangas. El capitán del barco "Praia de Areamilla" retenido desde hace algo más de ocho meses en Dakar por presunta pesca ilegal llegó ayer por la tarde a O Hío, donde tiene una casa de turismo rural. Partió a la una de la mañana del aeropuerto de Dakar, a donde llegó acompañado por el cónsul español en la capital de Senegal, Luis Cacho. El vuelo de Juan Cadabón aterrizó en Lisboa y allí cogió otro avión con destino Oporto, para continuar después por carretera su regreso a casa, justo en la víspera de su santo: el día más largo del año. Era una buena fecha para regresar después de tanto sufrimiento, tantos meses casi oculto en Senegal, en donde compareció en varios juicios.

El capitán del "Praia de Areamilla" no avisó a sus familiares más cercanos de su regreso. Su hermana Manuela y su sobrino Antón Iglesias, que lideraron la campaña para poderlo traer a Cangas, no habían sido advertidos de que volvía. A las 14.00 horas de ayer, el cónsul confirmó desde Senegal que Juan Cadabón ya se había embarcado en un avión para su tierra, aunque evitó dar datos sobre su itinerario. Dijo que a esa hora debía de estar ya llegando a la puerta de su casa. Pero a las 16,30 horas aún no estaba allí, ni se había puesto en contacto con su hermana, a la que FARO DE VIGO le comunicó el regreso del capitán. Manuela Cadabón llevaba dos días sin hablar con él. Fue localizado en Vilanova alrededor de las 21.00 horas, cuando, por fin, su hermana confirmó el regreso del patrón de pesca.

Cuando el martes anunció que "nestes días estarei na casa" ya adelantó que no quería más protagonismo que el necesario y se mostró incluso reacio a que alguien lo fuera a esperar a un aeropuerto.

Ayer era un hombre aún nervioso. Su cabeza le daba vueltas y vueltas a lo que había sucedido cuando lo apresaron, el 11 de octubre de 2015, a las 0.40 horas, en aguas de Guinea Bissau. No quería recibir a nadie ni tampoco hacer declaraciones ahora. Era demasiado pronto. Aún debía asimilar su nueva situación, la de un hombre, por fin, completamente libre, por mucho que sepa que el día 21 de julio tiene que estar otra vez en Dakar para conocer la sentencia sobre el caso. Sabe que no le va a ser fácil olvidar todo lo que pasó durante los ocho meses que estuvo retenido en Dakar, donde cuatro de ellos los pasó sin salir de su barco. Allí estuvo quince días sin comer, bebiendo solo agua.

Juan Cadabón se dejó fotografiar en la casa de turismo rural que tiene en el lugar de Vilanova. Era su forma de dar las gracias. Pero insistía una y otra vez en la necesidad de estar en la intimidad. Ayer fue su hermana Manuela la que ejerció de portavoz.

Atrás queda esa imagen, casi de náufrago, con una larga barba que Juan Cadabón mandó a sus hijos. Un selfie de socorro que el día 10 de junio de 2016 daría la vuelta al mundo tras ser publicado por FARO DE VIGO.