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Los comuneros de Bueu reclaman en el juzgado 15 hectáreas de monte inventariadas por el Concello

Los terrenos se concentran en Pedra do Raposo, Castrillón, Liboreiro y Morouzos - El ayuntamiento no se personará en el juicio

Una vista aérea de los montes de Bueu, con el polígono de Castiñeiras en el centro, y al fondo el Liboreiro y el Corredor do Morrazo. // N.Parga

La Comunidade de Montes de Bueu ha emprendido el proceso para conseguir que los tribunales clasifiquen más de 15 hectáreas de terreno como monte comunal, lo que a su vez ha supuesto denunciar al Concello de Bueu porque esos más de 156.000 metros cuadrados de terreno forman parte del inventario municipal. El asunto está ya a trámite en el Xulgado de Primeira Instancia e Instrucción número 1 de Marín, que a su vez ha emplazado al ayuntamiento buenense a personarse en el pleito.

Las parcelas para las que se reclama la clasificación de monte comunal son ocho, aunque una de ellas está dividida en hasta cinco partes. Se trata de Castrillón, de 19.240 m2; O Coto-Meiro, 1.457 m2; Pedra do Raposo (al lado de la finca Massó, en Beluso), de 9.840 m2; Patín, 7.990 m2; Paralaxe, 5.559 m2; Monte Feira, 1.863 m2; Morouzos o Roxo, 33.315 m2; y finalmente Liboreiro, que se divide en cinco partes y que en total suman más de 85.000 metros cuadrados. Hasta la fecha los terrenos que tiene clasificados la comunidad de montes de Bueu se concentran en la zona de A Portela.

A diferencia de lo que ocurre en las parroquias vecinas de Beluso y Aldán la incidencia del antiguo Condado de Aldán y de Promalar es muy pequeña. La única zona en posible litigio está en Morouzos -donde se ubica el antiguo vertedero y el depósito de agua- y los comuneros la han excluido de esta demanda. Ese monte tiene una superficie de casi 48.000 metros cuadrados, de los que ahora se reivindican 33.315 situados en la parte este. La intención de la comunidad de montes es entablar una negociación después con la entidad bancaria que se quedó con el resto de la superficie en el proceso de liquidación concursal de Promalar.

El monte más extenso es el de Liboreiro, que a consecuencia de las obras del Corredor do Morrazo quedó dividido en cuatro parcelas de 14.845 m2, 22.575 m2, 2.040 m2 y 2.114 m2. A ellas se une una quinta, de 40.753 m2 que fue expropiada en el año 2002 debido precisamente a las obras del Corredor. En el momento del levantamiento del acta previa de ocupación solo comparecieron los comuneros, que incluso presentaron reclamación en el Jurado de Expropiación y que fue atendida. De esta manera, del precio inicial de 3,90 euros por metro cuadrado se pasó a otro de 12 euros metro cuadrado.

No obstante, posteriormente el Concello de Bueu -tras la moción de censura de julio de 2004- reclamó la titularidad de la parcela y la Xunta de Galicia decidió depositar el dinero en una cuenta de la Consellería de Facenda, a la espera de que se aclarase la propiedad. Esa cuantía asciende a cerca de 500.000 euros y si el juzgado da la razón a los comuneros la intención de la directiva es invertir parte de ese dinero en la adquisición de terrenos.

La reclamación de los comuneros cuenta a priori con todos los elementos a favor para ser aceptada. Más aún si se tiene en cuenta el precedente cercano de Beluso y el hecho de que se hayan retirado de la reclamación los terrenos susceptibles de mayor litigio, como los que se atribuía Promalar. Los vecinos se centran en los que están en el inventario municipal, aunque con la anotación de montes vecinales, y el Concello de Bueu respalda de facto su reclamación. La última Xunta de Goberno Local ha decidido no personarse en el procedimiento judicial, lo que en la práctica es un apoyo incuestionable a la reclamación de los comuneros. "Non é nada novo. O BNG sempre defendeu que os montes son dos veciños", afirman desde el gobierno local, que recuerdan que es una posición idéntica a la que se adoptó en su día en Beluso.

Las fuentes jurídicas consultadas entienden que esa decisión evidencia que "non hai ánimo nin vontade política de opoñerse aos veciños", lo que no significa que se alteren los tiempos judiciales. "Pero si que vai a simplificar moito as cousas", afirman.

Si el juzgado atiende la reclamación vecinal la superficie de monte clasificado en la parroquia de Bueu rondaría las 20 hectáreas, una superficie muy pequeña con respecto a otras comunidades. El problema adicional es que ni siquiera se trata de terrenos en cotorredondo o agrupados, sino que están dispersos. "Para facer unha boa xestión do monte precísanse entre 10 e 15 hectáreas de terreo en cotorredondo", explica el presidente de los comuneros de Bueu, Manuel Peixoto, que además es ingeniero técnico forestal de profesión. La propuesta de futuro que defiende es que la comunidad de montes de Bueu debería iniciar una compra ordenada y escalonada de terreno para ganar en tamaño y hacer una gestión social del monte. "O ideal sería adquirir terreos con microcuncas e torrentes para poder plantar especies frondosas e frenar a erosión do terreo", explica.

Peixoto asumió el cargo hace dos años, y además de mejorar el funcionamiento interno de la comunidad en la toma de decisiones y actualizar el censo de comuneros, se marco dos objetivos fundamentales. "A reclamación dos montes comunais porque son un patrimonio dos veciños da parroquia e a posibilidade de aumentar a superficie de monte comunal a través de compras", afirma el presidente de los comuneros de Bueu.

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