El inicio del pastoreo de cabras en los montes comunales de Meira se retrasa hasta finales de verano, según explican desde la Xunta de Montes. Y es que la construcción de un refugio en la zona de la Casa dos Parentes se encontró con un nuevo contratiempo. En esta ocasión fue la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia la que pide un informe de un arqueólogo sobre el impacto en unos petroglifos que existen en el área en el que se extenderán las cabezas de ganado.
Los comuneros cuentan ya con los permisos de todas las administraciones, incluso el de Patrimonio, que supedita su visto bueno definitivo únicamente a este informe que todo apunta a que será emitido por un arqueólogo de la Diputación.
En septiembre como muy tarde un centenar de cabezas de cabras de raza autóctona gallega estarán criándose en el monte de Meira, incluso aunque la construcción del refugio se retrase algo más. Los comuneros ya cerraron la adquisición de estos ejemplares con los responsables de una explotación ganadera de Os Ancares. La idea es que en unos años el monte comunal cuente con un tope de 400 cabezas de ganado. Ayudarán a ordenar y mantener limpia la superficie forestal de la parroquia y, además, permitirán a los comuneros diversificar sus ingresos con la venta de carne. Y es que el estancamiento del precio de la madera en las últimas décadas mermó significativamente los ingresos de los comuneros de Meira. Esperan lograr rendimiento económico con el ganado en solo 5 años.
Rapidez
Una vez que cuenten con el visto bueno definitivo de Patrimonio iniciarían la construcción del refugio con materiales prefabricados, por lo que en pocas semanas debería quedar listo.
Estos días los comuneros están extendiendo el cierre perimetral de 2,5 kilómetros de valla en el espacio elegido para el pastoreo de las cabras. El cierre se realiza con postes de madera y malla ganadera y tiene una altura de 1,5 metros.
