En Patrimonio, Pontevedra, el alcalde de Cangas y el concejal de Urbanismo, Xosé Manuel Pazos y Mariano Abalo, respectivamente, también se trató de buscar soluciones a la ampliación del cementerio de Darbo, que sigue sin la autorización de Sanidade. Pero tampoco hay soluciones mágicas.

El caso de Darbo es complejo. En unos casos los panteones fueron construidos, pero sin licencia y están precintados y, en otros, los compradores entregaron el dinero a los promotores (en unos casos a la empresa Pouba y, en otros posteriores, a Construcciones Nova Bon 21) y recibieron a cabo un justificante. El promotor no cumplía con la exigencia de la Xunta de Galicia de adquirir 5.000 metros cuadrados más para legalizar una construcción que se hizo a sus espaldas. También persisten los problemas de los cementerios de Coiro y de Aldán, en los que en el año 2012 había entierros pese a no tener el visto bueno de la Consellería de Sanidade.