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Dos químicos cangueses en la planta de gas de Galicia

Yovanna Gómez y Daniel Carrera fueron premios extraordinarios en Ingeniería Química y trabajan juntos

Yovanna Gómez y Daniel Carrera, en la puerta de Reganosa // C.G.

Son del mismo municipio, de Cangas; compartieron aula en el colegio Compañía de María de esta localidad hasta cuarto de la ESO, volvieron a hacerlo en la Universidad de Santiago en la carrera de Ingeniería Química, que ambos concluyeron con Premio Extraordinario, siguieron los mismos pasos que les llevaron a realizar un máster en Madrid y después fueron becarios. Yovanna Gómez Castro, fue becaria en Barcelona en una empresa de gas; y Daniel Carrera Rodríguez, en Cartagena, en otra planta de gas.Ahora el mismo destino que les unió de niños en las aulas del colegio y después de la universidad, les ha unido de adultos en la misma empresa.

Hace un mes fueron contratados como ingenieros químicos en la planta regasificadora de Reganosa, en Mugardos, en el puerto de Ferrol, en donde se les ha abierto un futuro prometedor con los nuevos proyectos en los que trabaja esta empresa y en el día a día de esta terminal a donde llegan los barcos con gas natural licuado (GNL) que se distribuye a través de su gasoducto y por carretera, mediante camiones cisterna. De esta planta salen más de 7.000 cisternas al año. Trabajan en la única planta regasificadora de Galicia que, según las fuentes consultadas, supone una ventaja estratégica para cualquier país por la gran dependencia que existe del gas y por el mercado de futuro. Se espera que el gas natural llegue a los barcos de pesca. De hecho, la Autoridad Portuaria de Vigo, con Reganosa y otros, está implicada en un proyecto europeo para apoyar el gas natural licuado marítimo. El segundo repostaje para un barco -en concreto un remolcador noruego- se realizó en los muelles de Vigo por medio de dos camiones cisterna llegados de esta planta.

Y en este contexto de futuro, trabajan estos dos jóvenes cangueses. Yovanna Gómez tiene sólo 24 años y Daniel Carrera, 25, pero sus expedientes académicos les avalan para haber entrado a ocupar este puesto de trabajo en una planta de gas. Ella es vecina de la calle Real, tras estudiar en el colegio Compañía de María, realizó el Bachillerato en el Instituto Rodeira de su localidad natal y consiguió acabar los estudios no universitarios con una media en Selectividad de 7,3. Reconoce que optó por la Ingeniería Química, no porque le venga por vocación de familia -su madre es ama de casa y su padre trabaja en barcos de altura- si no valorando las diferentes carreras, como ella dice, "buscando información, preguntando a conocidos que ya lo estaban estudiando y llegué a la conclusión de que era la carrera idónea para mí".

Daniel Carrera Rodríguez, el joven cangués de 25 años

Acabó esta carrera en Santiago de Compostela en 2014 y tras ello, asegura, como también Daniel Carrera, no se quedaron quietos. Ambos acabaron con premio Extraordinario de Fin de Carrera y optaron por realizar un máster en Madrid, en el centro de formación de Repsol, "sobre Instrumentación y control de procesos, para aprender la instrumentación de la química y manejar todas las variables del sistema de control". Al igual que Yovanna, en el caso de Daniel la vocación por la Ingeniería Química tampoco le vino heredada. Su madre es ama de casa y su padre tiene una tienda de electrodomésticos: "A mí me gustaba hacer una ingeniería, no me paré en pensar sólo las salidas laborales que podía tener. Me gustó siempre la química".

Tras el máster, a ambos les surgió la posibilidad de acceder al mundo laboral aunque fuera como becarios. Daniel Carrera tiene claro que esa barrera entre el mundo estudiantil y laboral hay siempre que romperla y no quedarse quietos nunca. En su caso tuvo que desplazarse a Cartagena a trabajar como becario en una planta de gas. Dice que la experiencia fue muy positiva, y que gracias a aquello está hoy donde está: al igual que opina Yovanna de su paso por Barcelona.Ambos fueron becarios durante casi un año hasta que surgió la oferta de empleo en Reganosa y poder quedarse en Galicia.

La joven Yovanna Gómez, de 24 años

La joven canguesa señala que ya conocía la empresa, le gustaba las referencias que tenía y creía que ella podía encajar, sobre todo después de haber hecho el máster: "Podía ser muy útil. Salió una plaza, buscaban ingenieros químicos y no lo dudé". Envió el currículum y la empresa tampoco lo dudó con ella. Lleva un mes, la igual que Daniel Carrera, que conoció la oferta a través de internet o de la prensa, dudando sobre este detalle que no recuerda bien: "Era una empresa muy similar a la que estaba en Cartagena y vi que era una oportunidad".

Sus cometidos en Reganosa son, por el momento,los de la formación desde la base, conociendo la planta y colaborando en el departamento de proyectos para que cuando se pongan en marcha nuevas iniciativas de la empresa por el mundo, la firma tenga gente preparada.

La seguridad

Pese al miedo que a los foráneos pueda suponer trabajar rodeados de tanques de gas, ellos no reflejan el más mínimo temor. Lo hacen rodeados de 150.000 metros cúbicos de gas -que es la capacidad de los dos tanques de la planta de Mugardos. "Al contrario", dice Yovanna: "Cuando trabajas en una planta como ésta, descubres lo segura que es, todos los controles que se llevan y es casi imposible que pase algo. La seguridad es total".

Daniel Carrera añade que los diseños ya de por sí son seguros, además hay seguridad técnica y procedimental: "Hay una serie de procedimientos de seguridad. Cualquier trabajo aquí no es llegar y te pones a hacer cualquier cosa. Necesitas un permiso de trabajo y dar unos determinados pasos que te garanticen que lo haces, es seguro".

Donde trabajan es una planta industrial en donde hay almacenado gas natural en estado líquido y lo que se hace en ella es pasarlo a estado gas e inyectarlo en la red de distribución. El gas natural licuado llega hasta la planta en buques gaseros desde países como Noruega, Nigeria, Trinidad y Tobago o Perú.

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