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Un trozo de amor de Cangas en Idomeni

La vecina de Cangas María Vence regresó este fin de semana del campo de refugiados tras 15 días de trabajo

Un momento del desalojo del campamento de Idomeni. //

María Vence nos cuenta desde Idomeni la historia de los refugiados. Es jueves y le quedan horas para regresar a España. Nos comenta que el día anterior estuvo en los denominados campos militarizados, donde los griegos acinaron a los miles de refugiados que se encontraban en el campo de Idomeni. Comentaba el jueves vía telefónica que el campamento aún no había sido desalojado por completo, que está rodeado de policías y miembros del ejército, que impiden la entrada de los voluntarios.

Mientras nos comenta su experiencia, habla en inglés con algún compañero de expedición y saluda a gentes de Policasto. Retoma la conversación y nos dice que la situación es ahora peor que la de antes, que los campos militarizados están situados en naves industriales abandonadas, con un régimen muy estricto de entrada y saldia. "Fuimos ayer _por el miércoles_ a vistiar uno y nos pareció horrible, pero cuando nos llevaron a otro hasta dimos por bueno el primero. Tienen prohibido cocinar y tener utensilios de cocina porque se consideran peligrosos. Si a las 20.00 hoas no están dentro tienen que dormir fuera". Hay tensión entre cooperantes y fuerzas del orden. Los militares nos obligan a identificarnos en cada control y también nos invitan a salir de esos nuevos campos militarizados. ¡Es increíble!. Los tratan como a presos cuando son ciudadanos libres. Aunque no tienen asilo en Grecia sí tienen permiso de residencia durante 6 meses", comenta indignada María Vence, que afirma que los campamentos militares violan cualquier ley de derechos humanos. "Una persona que se encontró mal en el campamento la trasladaron a un hospital, pero después le dijeron que tenía que volver en taxi".

Maria Vence apunta que se vendió que los nuevos campamentos iban a ser más seguros y que desde allí los refugiados iban a poder tramitar la solicitud de asilo, pero hasta el mes que viene no se puede comenzar con ese trámite. "No sabemos dónde están los nuevos campos militarizados. Llegamos a ellos tras pasar varios controles policiales y gracias a las coordenadas que nos dan los amigos que hicimos e Indomeni y que están desperdigados por varios de ellos.

En Idomeni, igual que en Europa, hay división de opiniones respecto a los refugiados. Afirma que hay vecinos que despliegan delante de su casa la bandera griega marcando distancia y otros que colaboran. "Nos consta de un caso de un niño refugiado al que había que poner unas gafas. Su graduación valía 500 euros y el propietario de la óptica al que se acudió dijo que era gratis, que era un regalo del pueblo griego. Los vecinos de Idomeni y Policastro ven muy de cerca la tragedia de los refugiados. Todos los días pasa por delante de sus casas".

María Vence es licenciada en periodismo y cooperante. A Idomeni viajó en esta oasón como voluntaria independiente, los gastos del viaje y la estancia corrieron de su cuenta. Peroni ella ni los cooperantes que se acercan a Idomeni son los protagonistas ni quieren serlo; son los refugiados, los que acuden a Europa en busca de una nueva vida, dejando otra detrás.

Charla en Cangas

Por otra parte, el día 2 de junio, a las 20.00 horas, en el salón de plenos del Concello de Cangas, habrá una charla coloquio sobre la crisis humanitaria ás portas de Europa. Está organizada por Esquerda Unida.

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