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Cáritas atiende a 60 familias de Cangas sin recursos y no aprecia una salida de la crisis

-Las donaciones institucionales, de empresas y particulares contribuyen a paliar la situación -No solo hay familias con varios hijos; también parejas jóvenes con necesidades", avisan

En una de sus campañas de recogida de alimentos. // G.Núñez

Un operario del Concello de Cangas trasladaba ayer a mediodía una furgoneta con provisiones del Banco de Alimentos de Vigo hasta la sede de Cáritas en Cangas. "No podemos quejarnos de la solidaridad de la gente, pero también las necesidades son muchas", reconocía Fina Rial, la presidenta de este colectivo solidario que no da abasto para satisfacer la demanda de la población necesitada. "Atendemos a unas 60 familias, además de otras muchas personas a título particular que no tienen más recursos" , explica. ¿Y no se aprecian signos del final de la crisis? "Desde luego, nosotros no. La gente tiene que comer, y si no hay trabajo este tipo de ayuda es imprescindible", justifica.

La labor de Cáritas se basa en el trabajo voluntario de las personas que lo integran y que ejercen desde su sede en la Avenida de Vigo, unas instalaciones inauguradas hace solo unos meses en las que almacenan alimentos básicos, pero también ropa y otros productos de primera necesidad que proceden de donaciones y hacen llegar a las capas sociales más desfavorecidas. Hay bastantes familias con varios hijos, también ciudadanos extranjeros, transeúntes... "pero también gente joven que está sin trabajo y necesita ayuda. Y mientras no haya empleo, la situación no mejora", advierten, mientras desgranan datos que no invitan al optimismo, aunque también reconocen que no faltan casos de beneficiarios - "los menos, porque no se puede decir que sea un problema generalizado"- que echan mano de la picaresca para sacar provecho de recursos que otros necesitan más.

Otra de las carencias que atienden desde Cáritas tiene que ver con servicios básicos como el pago de alquileres o el suministro de gas a familias que no pueden hacerle frente. "Desgraciadamente, hay más casos de los que podría pensarse, y nuestros recursos son limitados", lamenta Fina Rial, que ayer tenía intentaba buscar solución para dotar de vivienda a un hombre amenazado de desahucio. La solidaridad de particulares y empresas a través de donaciones, junto con el Banco de Alimentos y las actividades recaudatorias, como es el caso de los oficios religiosos, ayudan a paliar este grave problema social.

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