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Seguridad vial júnior

La Policía de Cangas remata en Castrillón las charlas de formación en los colegios, a las que asistieron 810 alumnos de Primaria

El policía David Villar instruye a un grupo de alumnos en Coiro. // S.Á.

"O meu pai ás veces non pon o cinto de seguridade", advierte una de las alumnas de Castrillón, consciente de que esa infracción de las normas de circulación no solo puede derivar en una multa de la Policía, sino, lo que es más importante, provocar daños mayores en caso de accidente, que es el principal objetivo de los dispositivos de retención. En ese mensaje insisten los agentes, que acuden uniformados y fuera del horario de trabajo a realizar esta tarea "vocacional" en la que el interés de los pequeños es la mejor recompensa.

A Rúa, San Roque, Nazaret, Castrillón, O Hío, Espiñeira, Eduardo Pondal, Sagrada Familia, Compañía de María y Casa da Virxe son los diez centros educativos acogidos a este programa de educación vial promovido por la Concellería de Ensino y la Policía Local, que no elude elogios al alcalde y al concejal Xoán Chillón por promover esta iniciativa y darle facilidades para llevarla a cabo con todos los medios necesarios. Así, para las sesiones teóricas cuentan con material de apoyo como una presentación en powerpoint y varios vídeos que recogen situaciones que se dan en la vida real, como la señalización viaria, la forma correcta de cruzar un paso de cebra, de circular en bicicleta o de prevenir accidentes. Instrucciones que tienen continuidad con tareas prácticas, donde los niños y niñas de primero, segundo y tercer cursos de Primaria (entre seis y nueve años) pueden subirse a los coches y motos de la Policía, hacer sonar sus sirenas o ponerse las gorras de los agentes para hacerse la foto de recuerdo.

"O obxectivo xeral e a idea concreta é crear hábitos e comportamentos viarios correctos, adquirir valores e modificar a conduta dos nenos cun proxecto continuo levado a cabo desde idades moi temperás", explicó Alberto Agulla, inspector jefe de la Policía Local, en la presentación de la propuesta, que en esta edición no ha podido contar con el parque móvil infantil de la Dirección General de Tráfico (DGT), muy demandado por los colegios, para aprender a manejarse en un circuito real. La idea es traerlo a Cangas, a corto plazo, si es posible al comienzo del próximo curso escolar, además de darle continuidad a la iniciativa en los demás cursos de primaria e iniciarlos en la enseñanza secundaria con material didáctico y medios más acordes con esas edades.

Educadores de adultos

"Os nenos e nenas preguntan moito, e mesmo aportan exemplos de situacións que eles mesmos viviron ou lles contaron", explican Anxo Gallego y David Villar, muy implicados en esta tarea de formación y en que los pequeños identifiquen a los policías como personas que están para ayudar a los ciudadanos -y con mayor motivo a los niños-, y no como un cuerpo represor instituido para multar a los infractores. Los agentes también constatan que los niños y niñas sirven de correa de transmisión de los mensajes hacia los adultos, a los que corrigen cuando incumplen las normas o instruyen en buen comportamiento en las carreteras, multiplicando así los efectos de esta iniciativa. "Hai que remarcar ese labor educativo, formativo e preventivo a través das charlas nos centros de primaria", recalca Chillón, orgulloso de los resultados.

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