A pesar de ser dos obras muy cercanas en el tiempo, el sanatorio El Pinar, en el Meixoeiro, y el Policlínico Cíes presentan estilos muy diferentes fruto de sus distintos emplazamientos -rural y urbano- y del tipo de pacientes. En respuesta al desorden mental de los usuarios del primero, Bar Bóo diseñó prismas escalonados que siguen un esquema de cuadrícula, además de utilizar por primera vez el ladrillo vista. El segundo equipamiento destaca, sin embargo, por su planta oval para albergar consultas y unidades de hospitalización.

Blanco, que mantiene una relación muy estrecha con la familia, asegura que la viuda y los descendientes del arquitecto están "preocupados" por el futuro incierto del policlínico tras la apertura del nuevo hospital.

En este sentido, aboga por aumentar la protección de su legado. La Fundación DOCOMOMO tiene registradas 11 de sus obras, mientras que en el listado del patrimonio a conservar del siglo XX elaborado por el Ministerio de Educación aparecen el edificio de Marqués de Valladares y la iglesia de Teis.

"En el Plan Xeral suspendido se recogían muchas obras, pero ya que hay que hacerlo de nuevo se podrían incluir algunas más o elevar el grado de protección. Queda mucho por hacer para tomar conciencia de su importancia patrimonial. En otros lugares de España son más cuidadosos con la arquitectura contemporánea", expone.

Blanco confía en que su tesis y la de Garrido impulsen nuevas investigaciones y más promoción: "Ahora ya tenemos cierta perspectiva histórica de su trabajo y con el tiempo su valor caerá por su propio peso. Si algún día se construye un museo de arquitectura en Galicia como el que está en marcha en Cataluña allí deberá estar".