Un día después de iniciarse la campaña electoral entre los militantes y de abrirse las hostilidades entre José Luis Méndez Romeu y Xaquín Fernández Leiceaga, los dos precandidatos del PSOE gallego a presidir la Xunta tras las elecciones autonómicas, este último visitó ayer Cangas para explicar a una veintena de afiliados socialistas del Morrazo las líneas básicas de su propuesta y pedir su apoyo en la convocatoria que tendrá lugar el próximo sábado, donde se elegirá al candidato por votación secreta y en urna.

Al finalizar el encuentro con Leiceaga, el secretario general del PSOE cangués, Alfredo Iglesias, se trasladó a Pontevedra para participar en un acto, más concurrido, con el otro rival, Méndez Romeu. La intención, aclara Iglesias, es "trasladar a la militancia" las propuestas e intenciones de cada candidato, para que tengan más elementos de juicio a la hora de tomar una decisión. La campaña de las primarias se prolongará hasta el próximo viernes, víspera de la jornada de votaciones, aunque la agrupación canguesa se reunirá el jueves para valorar las candidaturas.

Para optar a las primarias, el portavoz parlamentario del PSdG, Méndez Romeu, recabó 2.539 avales, frente a los 2.216 aportados por Leiceaga, que ha iniciado conversaciones con Gonzalo Caballero, que con 540 avales no logró los suficientes, para lograr su apoyo en esta carrera electoral.

Leiceaga eludió en Cangas entrar en esa polémica e incidió en su idea de "renovación" y de garantizar la unidad del partido en torno al candidato que resulte proclamado el día 28, y apuntó, según señalaron algunos de los presentes, eludió también la confrontación con las mareas, por si fueran precisas para garantizar un gobierno progresista que destrone de la Xunta a Alberto Núñez Feijóo.

En el acto celebrado posteriormente en la sede provincial de Pontevedra, Méndez Romeu evitó airear un posible entendimiento con otras fuerzas progresistas porque considera al PSOE capaz de ganar las elecciones con la holgura suficiente y no quedarse en la "minoría mayoritaria" en la que se mueven otros cálculos para poder gobernar en Galicia.