Formado en la Escuela de Madrid, Bar Bóo regresó a Vigo en el 57, cuando contaba con 35, dispuesto a modernizar su tierra a través de la arquitectura. Reivindicó la identidad territorial, cultural, económica y psicológica del pueblo gallego. "El pasado pesa en todos los ámbitos culturales, pero debe servirnos como trampolín para el futuro y no para estancarnos en él ni para resucitar muertos", dijo en una entrevista con Damián Villalaín.