Un vecino de Bueu, Manuel P. S., aceptó ayer penas que suman cinco años de prisión como autor de dos delitos de agresión sexual en grado de tentativa y otro de quebrantamiento contra la persona de su mujer. El acusado intentó violar a su esposa en dos ocasiones, la última de ellas a pesar de que tenía en vigor una orden de alejamiento que le impedía acercarse a ella. Además de las penas de cárcel, se le imponen seis años de libertad vigilada y cinco de alejamiento. Deberá indemnizar a la víctima con 150 euros por las lesiones sufridas y con 3.000 euros por los daños morales.

En una breve vista oral que tuvo lugar ayer en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, Manuel P. S. reconoció como ciertos los hechos de los que le acusaba la Fiscalía. Según el escrito de acusación, Manuel convivió durante 45 años con su esposa en el domicilio del matrimonio en Bueu. Entre las 23 horas del 1 de enero y las 2.30 horas del 2 de enero de 2015 aprovechó que su mujer salía del dormitorio para agarrarla "sorpresivamente en el pasillo" y la intentó violar llegando a caer ambos al suelo y rompiéndole la ropa. La mujer consiguió escapar y se escondió en el cuarto de baño, pero fue perseguida por el procesado que volvió a asirla con fuerza y forcejaron. La resistencia de la mujer evitó que pudiera consumar la agresión sexual. Luego volvió a intentarlo llevándola a la cama, sin conseguirlo debido de nuevo a la oposición de la mujer. La víctima, como consecuencia de estos hechos, sufrió un hematoma en el hombro derecho, dolor de espalda y ansiedad.

Debido a este primer incidente, un juzgado de Marín dictó un auto en el que se le impuso a Manuel P. S. la prohibición de acercarse a su mujer. Pese a ello, el 12 de enero de 2015 acudió al domicilio de ella y sobre la una de la madrugada volvió a intentar agredirla sexualmente. Le dijo que él se iba a matar pero que antes "quería hacerlo con ella". Le arrancó la ropa y la llevó para cama pero no consumó la violación debido a la fuerza que hizo su mujer para evitarlo.

Sobre las 9.30 de la mañana, Manuel cogió una soga, se la puso al cuello y se colgó del balcón. En ese tiempo, en el lugar de los hechos se presentaron familiares del matrimonio que cortaron la cuerda impidiendo que el acusado llegara a suicidarse. El procesado está diagnosticado de alcoholismo crónico, de ahí que se apreciase esta circunstancias como atenuante. Inicialmente se enfrentaba a una petición de pena de diez años y ocho meses de prisión que finalmente queda reducida a estos cinco años de cárcel gracias a su confesión y a este acuerdo con el fiscal. Son dos años y tres meses de cárcel por cada uno de los dos delitos de agresión sexual en grado de tentativa y seis meses más por el delito de quebrantamiento de medida cautelar.