"Si no se apuesta al 100% sería mejor no empezar a reconstruir esto desde cero". Es el leitmotiv del presidente de Fandicosta, Ángel Martínez Varela, que prefiere pensar en la "inauguración" de las futuras instalaciones y no en la catástrofe por un fogonazo de mala suerte que calcinó más de la mitad de la factoría de Domaio (Moaña). Mientras no desembarca ese día -quedan entre 12 y 18 meses de travesía- la empresa ha acordado ya un plan de recolocación para los 110 trabajadores de elaborados y manipulado que se quedaron sin línea de producción el lunes pasado. 110 será, por tanto, el máximo de personas que se verán afectadas por el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE).

A día de hoy se ha reubicado a 64 empleados, pero la compañía aspira a llegar a los 93 mañana miércoles, cuando vuelve a la plena actividad la parte que se escapó de las llamas. En Domaio se hará sitio para 25 personas más en la factoría de elaborados, y otras doce serán acomodadas en la división de fresco. Otras 18 serán trasladadas a la planta de Casa Botas (la matriz de los negocios de Martínez Varela) en Vigo en turnos de mañana, tarde y noche. Por último la antigua Friporto, en Vilagarcía, acogerá a una encargada y ocho operarias. "Es el compromiso de la empresa", valora el representante de UGT Alimentación, Ignacio Couñago.

La prioridad de la dirección de Fandicosta desde el mismo lunes en que se vio a disgusto en las páginas de Sucesos fue clara: demostrar a la plantilla, clientes y proveedores que el reto era volver a la actividad lo antes posible para que no dejara de carburar una máquina capaz de comercializar 40.000 toneladas de producto al año por valor de 107 millones de euros. De este modo a los 17 empleados que faltaría por reubicar se les ha ofrecido la posibilidad de trabajar en limpieza en el turno de noche, planteamiento que los sindicatos prefieren consultar con la plantilla.

"Hace dos años", recuerda Couñago, "la empresa planteó que la última media hora de trabajo se utilizase por parte de cada empleado para limpiar su puesto. Ese plan no prosperó y ahora surge como una vía que podría reducir temporalmente cualquier impacto del accidente en los empleados directos. "Los que no quieran o puedan trabajar de noche irán al ERE". El problema es que esta relativa plena actividad no será permanente y los 93 trabajadores que habrán quedado reubicados mañana tendrán que acogerse al expediente en algún momento. Fandicosta tiene aún materia prima para trabajar en las líneas de elaborado, pero las llamas carbonizaron toneladas de gambón, merluza o pota.

No existe de momento una estimación de cuánto durará la materia prima, pero podría llegar a las tres semanas, según fuentes de la compañía. En cuanto el pescado vaya agotándose habrá que echar mano del ERE. La firma tiene en su favor una buena diversificación de infraestructuras y socios, y dependerá de las mareas y la tesorería el grado de reposición que vayan teniendo. Eso sí, recuperar un espacio de 65.000 metros cuadrados llevará tiempo. Ahora está previsto que arranque la temporada de langostino en Argentina (Fandicosta es cliente de Conarpesa, la mayor compañía extractiva de esta especie en ese caladero), los barcos de NAFO están llegando y pronto lo harán los de Malvinas.

Ayer por la mañana el responsable de Personal, Alfredo Campuzano, se reunió con la plantilla para explicar los pasos a dar si se concreta el ERE. Será una situación rotatoria que no excederá de varias semanas en cada caso. Desde el comité de personal Edward de Llano explica que el jueves, una vez que el ERE se presente ante Traballo, se reunirán de nuevo en las instalaciones de Domaio. "La empresa propuso un ERE rotatorio y es lo que entendemos más justo, porque se trata de evitar que un grupo de trabajadores paguen los platos rotos", apunta. Tras la reunión de ayer los trabajadores estimaban en 1 año y medio el tiempo para volver a tener operativa la futura factoría que reemplace a la nave quemada.

En la primera lista que manejaron ayer se incluían 17 trabajadoras de planta a las que se sumarían los 12 empleados que se encuentran de baja. Sinda Alonso, vecina de O Porriño, es una de las incluidas en esa lista. "Nos falaron dun ERE rotatorio, en función da demanda de traballo que teñamos". Se muestra confiada en que en un par de años la producción de Fandicosta puede ser incluso mejor que antes del incendio, "como pasou coa fábrica de Campofrío, onde agora traballa o meu fillo, e que está contratando a moita xente".

La actividad se retomó ayer en la nave que no ardió con unos 40 empleados en turno de mañana. Tras la reunión con la empresa algunas operarias se mostraban tranquilas y esperanzadas. "Nos sorprende lo rápido que va todo. Hace una semana que fue el incendio y ya estamos volviendo a la actividad", apuntaba.

En Vigo, en la nave de Peixemar, del mismo propietario, trabajaron por la mañana 18 personas y desde Domaio partió un microbús a las 13.00 horas con 8 trabajadoras para la planta de Fandicosta en Vilagarcía. Trabajaron allí hasta las 22.00 horas.

"Ir a Vilagarcía me implica salir de casa una hora y media antes para trabajar. Pero será durante un tiempo. Me sorprende lo rápido que va todo y lo que se está implicando el jefe", reconocía ayer Sonia Martínez, una de las empleadas que cogió el microbús hacia O Salnés.

En las instalaciones de Domaio el personal trabajó ayer, sobre todo, cortando tacos de atún y de merluza. Camiones cargaron este producto para llevarlo a Vilagarcía, en donde las trabajadoras del turno de tarde se encargaron de envasarlo.

El tráfico de camiones para recoger producto fue intenso durante la mañana de ayer en el relleno de Domaio en el que se ubica la empresa, al que se sumó la retirada del producto quemado.