No solo las fuerzas del orden ayudaron a desalojar a los vecinos más próximos ante el riesgo de una explosión que planeó durante buena parte de la tarde de ayer sobre Domaio. Incluso los políticos de la Corporación, que estuvieron muy activos en todo momento, tuvieron que cumplir esa función. Ante la demanda de una vecina, la alcaldesa y los ediles Javier Carro, Salvador Meira y Ezequiel Fernández acudieron a desalojar de su vivienda a una vecina de 91 años.

Al principio se mostró reacia a salir de su casa. "Estaba tranquila, pero cando vos mirei chegar á miña casa xa me puxen nerviosa", explicaba la desalojada. Fue acompañada a casa de un familiar. Su vivienda, situada al margen superior de la carretera general, ejemplifica la amplia área de seguridad que abrió la Guardia Civil ante la amenaza de que las llamas alcanzasen el amoníaco. Trabajadores y curiosos fueron desplazados hasta en dos ocasiones.