La regularización de los mercadillos ambulantes es un objetivo en el que llevan tiempo trabajando los gobiernos de Cangas y Moaña con medidas como la revisión de licencias y condiciones de venta, la elaboración de nuevos padrones o el reparto del espacio disponible en función de la demanda. En este procedimiento, los responsables políticos se han reunido con distintos colectivos de vendedores, y particularmente con la Asociación de Vendedores Ambulantes do Morrazo (Asvam). En ambos casos, bajo la atenta mirada de vendedores de etnia gitana que consideran que la regularización puesta en marcha les perjudica, a pesar de que desde los concellos dejan claro que lo único que se está haciendo es aplicar con rigor las ordenanzas municipales aprobadas por anteriores corporaciones.

Tanto en Cangas como en Moaña la "depuración" de la actividad deja espacios vacantes para instalar puestos en sus mercadillos. En Cangas, hace más de un año se hizo un primer "filtro" que redujo hasta 160 el número de puestos -que llegó a rondar los 200 en el último lustro- y en el actual mandato el censo ha bajado a unos 140 para la cita de los viernes, porque los martes son bastante menos. Con esa criba, el "colapso" que había en O Señal se ha ido aliviando y parte del espacio ha quedado vacante, lo que anima al Concello a reagrupar los puestos en su emplazamiento primitivo.