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El futuro de la investigación histórica

Democratizar la arqueología y el patrimonio gallego

El moañés Eloy Martínez virtualizó un centenar de piezas históricas, entre ellas el dolmen de Chan da Arquiña

Manipulando un busto egipcio en el Museo de Pontevedra.

La reciente creación en 3D del dolmen de Chan da Arquiña recorrió en los últimos días las redes sociales, permitiendo a todo el mundo mover esta estructura de piedra y adentrarse en sus formas. El creador de esta virtualización es el historiador y arqueólogo Eloy Martínez Soto, vecino de Tirán de 28 años, y que desde el año pasado ha digitalizado ya un centenar de piezas y estructuras con valor histórico. Una buena parte de ellas de los fondos del Museo de Pontevedra, en el que trabajó hasta el mes de marzo y que consiguió convertir en uno de los 20 espacios museísticos con más visitas virtuales a través de la conocida web Sketchfab. El Museo Británico, entre otros, tiene recreaciones de piezas de su colección en este site. Con este trabajo el espacio museístico de la capital provincial se convirtió en el "primer museo virtual de Galicia dentro de la plataforma Sketchfab".

Más de 2.000 visitas en pocas horas acumuló la recreación de este dolmen, lo que le valió, junto a la calidad de las imágenes, un reconocimiento de los propios responsables de esta web. Los usuarios pueden recorrer sus modelos 3D entre los que se encuentran piezas del museo pontevedrés como el hacha de bronce de Samieira, fragmentos de aras romanas o una escultura con el retrato del emperador romano Augusto.

Licenciado en Historia por la Universidade de Vigo, Eloy Martínez se especializó en arqueología durante un año en la Università degli Studi di Roma Tre, en la capital italiana. Allí participó en un proyecto arqueológico trabajando en una parte del Coliseo. "Estudiamos su etapa medieval, menos conocida. Cuando el Coliseo pasó de ser un centro de espectáculos a acoger mercados e incluso viviendas", apunta.

Tras la especialización en Italia trabajó también durante el verano de 2011 en una intervención arqueológica en el yacimiento de Bilazora, en la localidad de Sveti Nikole (Macedonia). "Había tomado contacto con profesionales como Pablo Aparicio, que es uno de los grandes exponentes de la arqueología virtual en España", indica. Participó en un curso online de Arqueología Virtual hace un año, impartido por la Universidad de Burgos y fue así cuando empezó a adentrarse en la tarea de virtualizar el patrimonio.

Más allá de las piezas del Museo de Pontevedra recreadas en 3D, el moañés realizó trabajos con elementos históricos de su municipio tan reconocidos como la portada de la iglesia románica de San Martiño, varios petroglifos o la Pedra da Serpe del monte de Os Remedios. Precisamente con esta Pedra da Serpe pudo poner en marcha una de las principales ventajas de la arqueología virtual, como es realizar una restauración para que por lo menos a nivel virtual este elemento arquitectónico recobre el aspecto que tenía antes de que fuese pintado en un acto de vandalismo.

"Creo que la arqueología virtual nace de la necesidad de extender las piezas más allá de los museos y de acercar el patrimonio a la sociedad. Permite una democratización de la arqueología. La sociedad puede participar así de forma activa en el conocimiento de la arqueología en Galicia", indica.

En sus trabajos apuesta por la técnica de la fotogrametría. "Los levantamientos fotogramétricos se realizan a partir de un recorrido fotográfico de toda la pieza. Es mejor que utilizar un escáner láser. Aunque el escáner logra más fiabilidad para captar una estructura, trabajar con fotografías es mucho más económico y capta mejor la textura de las piezas", aclara. Después utiliza varios programas para lograr las recreaciones. "También se trata de democratizar la arqueología porque con estas técnicas cualquier persona con unos mínimos conocimientos puede llevar a cabo levantamientos aceptables".

Con el uso de la fotogrametría, por ejemplo, fotografió todos los ángulos del dolmen de Chan da Arquiña este mismo invierno. "Lo mejor es hacer las fotos un día que no llueva pero que esté nublado, porque los reflejos y las sombras que provoca el sol dificultan el trabajo", aconseja. Con unas fotografías y un ordenador con la potencia gráfica adecuada, la virtualización puede estar lista "en 3 o 4 horas".

Tras finalizar su trabajo como conservador de fondos en el Museo de Pontevedra, el moañés sigue colaborando con la entidad y en estos momentos está realizando varias recreaciones virtuales. Sueña con colaborar con otros museos gallegos, y es que hacer posible que petroglifos o piezas de distintos yacimientos puedan ser visitadas desde un ordenador "permite que la sociedad conozca mejor nuestro patrimonio". Para los que se dedican a la arqueología virtual esta idea es un elemento central de sus trabajos. "Parto de la base de que un patrimonio desconocido es un patrimonio indefenso. A veces se habla de piezas con valor arqueológico dañadas por vandalismo, cuando en realidad es ignorancia. Dar a conocer el patrimonio aumenta su protección", apunta.

La importancia de estas recreaciones para recuperar elementos dañados se puede poner en marcha, según Eloy Martínez, en piezas como el petroglifo cangués de Pinal do Rei, con un importante grado de abandono y degradación. "Está muy desgastado, entre otras cosas porque la gente pasaba por encima. Si le hubiésemos aplicado esta técnica por lo menos tendríamos un registro fiable en 3D de este bien. Incluso se podría crear una réplica con una impresora 3D". Además, al escanear con este método piezas de arte rupestre los investigadores descubren elementos nuevos "que no se ven a simple vista".

Futuro

Además de intentar trabajar con otros museos, el arqueólogo moañés tiene en mente proyectos tan seductores como tratar de recrear y recuperar todos los petroglifos de Moaña. "Su número es muy elevado. Mayor incluso de los catalogados en el PXOM". Recuerda, en este sentido, que todavía hoy siguen apareciendo grabados rupestres de este estilo a lo largo de la geografía gallega y que eran completamente desconocidos para los investigadores históricos.

Excavar el castro de Os Remedios, en su parroquia de Tirán, o el de San Martiño sería también una tarea en la que trabajaría encantado, aunque alerta de que ambos poblados castreños se ven afectados por la extensión del eucalipto. "Es una especie que destroza la estratigrafía. Es un claro problema en Galicia. El registro arqueológico sería bastante limitado por culpa de los eucaliptos".

Mientras sigue convirtiendo en accesible a todo el mundo algunas de las piezas más importantes de la historia gallega y moañesa, Martínez identifica los problemas que tiene la arqueología en la comunidad. "En el Museo de Pontevedra me había encontrado muchos fondos inaccesibles para los visitantes. Ahora parece que está mejorando su gestión", apunta.

Lamenta asimismo que las administraciones, "por desidia", no elaboren definitivamente un catálogo online de patrimonio gallego. "El mejor trabajo es la web Patrimoniogalego.net, que partió de una iniciativa particular y hace una labor enorme".

De todas formas, también reconoce que buena parte de los problemas para divulgar la historia y el patrimonio gallego son culpa de los mismos arqueólogos. "Muchos investigadores de la vieja escuela mantienen la línea de no compartir el conocimiento. Es algo a superar, porque creo que es un deber para cualquier arqueólogo o humanista divulgar el saber científico". Concreta esta idea recordando que "trabajamos con un bien que no es nuestro. Sino que es el patrimonio de todos".

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