La familia de inmigrantes nigeriana asentada en Bueu probablemente haya pasado su última noche en el hotel Loureiro. Las gestiones de la Xunta de Galicia y del Concello de Bueu, con la colaboración de Cáritas Bueu, parece que han dado fruto. El matrimonio y sus cuatro hijos de corta edad podrían mudarse esta misma tarde a un piso en la zona de Pescadoira, una mudanza en la que contarán con la colaboración de los servicios municipales.

Técnicos del departamento de Servizos Sociais, junto a integrantes de Cáritas Bueu, visitaron ayer una vivienda cuya propietaria está dispuesta a alquilar y tras la inspección se concluyó que reunía todos los requisitos necesarios. Una de las prioridades es que estuviese situada en un entorno céntrico para poder facilitar que los niños puedan seguir escolarizados en el colegio de A Pedra.

La Consellería de Infraestruturas e Vivenda se puso en contacto con el Concello de Bueu para informarle de que recientemente aprobó un plan de ayudas para el alquiler con el que atender situaciones de emergencia social, como el caso de esta familia de origen nigeriano. "A consellería púxose en contacto con nós e o que se vai facer agora é solicitar esas axudas para este caso concreto", explicaba ayer el regidor buenense, Félix Juncal, al mismo tiempo que indicaba que se había encontrado una vivienda satisfactoria. Ahora el ayuntamiento se ha comprometido a estudiar si a través de sus ordenanzas puede fijar alguna línea de ayuda a esta familia, que no tiene permiso de residencia, lo que a su vez impide que puedan encontrar trabajo.

La mudanza a Pescadoira está previsto que se realice durante la tarde de hoy, según apuntan desde el ayuntamiento. La brigada municipal se encargará de trasladar los enseres personales de la familia desde el hotel Loureiro, así como de los que hayan quedado en la anterior residencia de la calle Pazos Fontenla.

Los seis integrantes de esta familia llegaron a Bueu hace ya un año, donde están empadronados, y residían en su anterior domicilio desde las pasadas navidades gracias al apoyo de Cáritas. Un incendio en la madrugada del viernes les ha obligado a dejar aquel piso debido a los daños registrados y desde entonces se iniciaron las gestiones para encontrar un nuevo alojamiento para el matrimonio y sus cuatro hijos, de entre 11 y 2 años.