Esta familia lleva un año viviendo en Bueu y ha tenido que recorrer un largo camino con cuatro hijos de corta edad: 11, 8, 7 y 2 años respectivamente. Salieron de Nigeria huyendo de la guerra y fueron en primer lugar hacia Camboya porque la mujer, de 36 años, tiene familia allí. Pero tuvieron que marcharse debido a que en este país "existe mucho racismo", explican desde Cáritas. Entraron en Europa por Italia, Austria y finalmente llegaron a Bueu porque en el municipio reside un conocido del pueblo de origen del marido, de 37 años de edad.

Más complicado aún que ese periplo es el proceso para conseguir el permiso de residencia y el de trabajo. "Sin uno no pueden conseguir el otro. Es una especie de pescadilla que se muerde la cola", lamentan desde Cáritas Bueu. "Están empadronados en Bueu desde hace un año, los niños están escolarizados aquí y comen en el comedor. Pero siguen en una situación muy difícil porque no pueden encontrar trabajo", insisten desde Cáritas. Es la organización diocesana quien les proporciona lo básico para vivir y se hace cargo del alquiler del piso, en el que viven desde finales del año pasado. Para que puedan conseguir el permiso de residencia, que abre la puerta al de trabajo, deben pasar al menos tres años.

Cáritas Bueu está buscando un nuevo alojamiento temporal para esta familia de origen nigeriano. El seguro de hogar del piso se hace cargo de los daños a los propietarios, pero no a inquilinos, por lo que Cáritas sondea todas las opciones para que el matrimonio y sus cuatro hijos tengan un sitio en el que vivir hasta que el piso sea de nuevo habitable. Tanteó la posibilidad de que se reubicarán en las casas rectorales de Bueu y Cela, que se hallan vacías, pero la respuesta ha sido negativa.

Ahora mismo es la única familia inmigrante que atiende Cáritas Bueu, que en total presta ayuda a casi 70 unidades familiares del municipio.