El sector marisquero de la ría de Pontevedra y de Bueu vuelve a estar en alerta por culpa de la toxina. Las analíticas del Instituto Tecnolóxico de Control do Medio Mariño (Intecmar) han detectado un repentino y fuerte aumento de biotoxinas en los bancos más interiores de la ría, lo que ha obligado a cerrar las zonas IV y V (desde Aguete hasta el fondo), tanto para el marisqueo a flote como para los navalleiros. La zona II, que se corresponde con la parte interna de la ría de Aldán, también recibió orden de un cierre cautelar, aunque los navalleiros sí pueden trabajar. Durante la jornada de ayer también se estaba muestreando la zona III, que se corresponde con Bueu, y no se descarta un posible cierre a lo largo del día de hoy.

La clausura de los ámbitos de la zona interna de la ría se decretó a primera hora de ayer, después de que ya se vendiese la mercancía del martes. Esto obligó a que los compradores devolviesen durante la jornada de ayer el producto a la lonja de Bueu para luego ser devuelto al mar. Se estima que los lotes afectados ascienden a 135 kilos de navaja, más de 60 de almeja y unos 10 de carneirolo.

Esta situación ha obligado al sector del marisqueo a tomar las primeras decisiones. El sector de a flote ha decidido iniciar la veda obligatoria de un mes, que tenía que según el plan autorizado debía ser antes de junio. Los navalleiros de momento siguen trabajando, pero pendientes de las analíticas. Este sector ya tuvo su parón por la veda durante el mes de febrero y en marzo se vio obligado a parar unos días, cuando el Intecmar decretó un cierre cautelar en plena Semana Santa. Esa clausura afectó incluso a los últimos días de la campaña de la ostra, que se cerró a finales del mes de marzo.

Este aumento de biotoxinas no es exclusivo de la ría de Pontevedra. Esta misma semana el Intecmar decretó el cierre de tres de las siete zonas de marisqueo de la ría de Arousa.

Los primeros en notar el cambio de situación fueron los bateeiros. En estos momentos las rías de Vigo y Pontevedra están completamente cerradas, mientras que en Arousa hay más de una docena de polígonos cerrados y solo tres permanecen abiertos.