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Un nuevo impulso al proyecto expositivo museo de Bueu

Una gran donación para que el Museo Massó siga navegando

El coleccionista Antonio Rama cede su colección de antigüedades y objetos náuticos

A la izq., un globo terráqueo con las constelaciones de estrellas, en su estuche. Encima y a la derecha de estas líneas, un catalejo (66 x100 cms) en su trípode. // Museo Massó

La colección del Museo Massó de Bueu acaba de experimentar un enorme impulso. Una de las secciones más atractivas del museo es la dedicada a los instrumentos de navegación astronómica, que los Massó lograron constituir con un importante núcleo de objetos datados entre el siglo XVI y principios del XIX. Una nueva donación altruista permitirá completar esa colección y llegar hasta mediados del siglo XX. Justo a las puertas de la última gran revolución tecnológica en el mundo de la navegación.

La donación procede del coleccionista Antonio Rama Laguna, que puso a disposición del museo buenense toda su colección, formada por más de 200 registros. La dirección del Museo Massó ha realizado una cuidada selección de todo ese material y al final incorporará a sus fondos más de 170 piezas. "El primer criterio que se empleó para realizar la selección fue la ausencia en nuestra colección de algunos objetos. De esta manera seleccionamos aquellas piezas que podrían permitir completar posibles lagunas en la colección, así como aquellas que se pudiesen incorporar a un proyecto expositivo susceptible de integrarse dentro de la actual exposición permanente", explica la directora del centro, Covadonga López de Prado.

Dentro de esa elección hay instrumentos de navegación astronómica; pistolas lanzabengalas de diferentes épocas; linternas de faros, un objeto que está desapareciendo y que es muy demandado; una escafandra clásica de buceo de finales del siglo XIX, con botas incluidas; placas identificativas de barcos y sus astilleros; piezas del equipamiento como bocinas o sirenas, algo de lo que carecía la colección del museo; una colección de catalejos; documentación variada como un plano del vapor "Santa Isabel", que naufragó delante de la isla de Sálvora, o documentos de las colonias de ultramar. Uno de los objetos de mayor envergadura es un telégrafo para la transmisión de maniobras en el puente del barco. "Un instrumento sumamente representativo de la navegación y ausente en nuestra colección", afirma la directora. La pieza que pasará a formar parte del Museo Massó data de 1885 y procede de Inglaterra.

En la selección de fondos destacan algunas "joyas" de la navegación. Uno de esos elementos es un círculo de reflexión, que es un sextante circular. Se trata de una pieza rara hoy en día, con pocos ejemplares conocidos. "Sabemos que el Museo Marítimo de Greenwich [Inglaterra] estaba detrás de esta pieza", ilustra Covadonga López para dar cuenta de la importancia de la misma. En el inventario de la donación se hace constar que, según el anticuario que lo vendió, solo existen unos 20 sextantes de esta clase en todo el mundo. También resalta un planetario de tipo "trippensee". "Es una clase de la que no teníamos ningún ejemplar en el museo. Los nuestros son más antiguos, pero éste tiene una estructura completamente diferente", apunta.

Desde Gran Bretaña

La procedencia inglesa de muchas de estas nuevas incorporaciones no es en absoluto casual. "En Inglaterra se valora muchísimo todo lo relacionado con la nevageción y existen muchos anticuarios y coleccionistas a nivel particular", subrayan desde el Museo Massó. Además, las islas británicas fueron desde el siglo XVIII el principal proveedor en Europa de instrumentos de navegación y equipamiento náutico, con un importante número de talleres y las principales firmas. Una de las exigencias de Antonio Rama a la hora de hacer sus adquisiciones era, además de un innnegable criterio de calidad, que los instrumentos y objetos del barco conservasen la firma del taller. En el caso de los timones reclamaba que existiese una referencia al barco y compañía a la que pertenecían y que al menos fuese posible atribuirles una fecha aproximada. El coleccionista gallego heredó esta afición de su padre y cuenta que empezó "hace muchos años" a coleccionar este tipo de piezas. "Siempre me ha fascinado el mar, la navegación y, sobre todo, los barcos históricos", explica a FARO.

Algunos de los instrumentos que pasarán a formar parte de la colección del Museo Massó pueden resultar relativamente recientes puesto que se llega hasta mediados del siglo XX. "Pueden parecer próximos, pero pertenecen a un momento clave. Son instrumentos que se sitúan justo antes de la última revolución tecnológica en el mundo de la navegación, marcada por la llegada del GPS. Hablamos de una serie de objetos que si no se conservan ahora van a desaparecer muy rápido porque no se valoran y en poco tiempo serán irrecuperables", argumenta Covadonga López.

Aunque la gran mayoría de las piezas tienen su origen en Gran Bretaña también hay testimonios de la navegación en Galicia. Es el caso de las placas y los tres barómetros circulares procedentes de buques construidos en los astilleros de Barreras y Vulcano, en Vigo; el plano del vapor "Santa Isabel"; una vasija procedente del naufragio del galeón "San Jerónimo", ocurrido en 1596 en la ría de Corcubión; o una bocina del barco "Meixueiro". Otra de las curiosidades es que este gesto altruista permitirá cubrir otro hueco en la colección del Museo Massó: el relativo a la navegación de recreo. Así, incorporará cuberterías procedentes de algunos de los grandes trasatlánticos, cubiertos que llevan el sello y logotipo del barco y su compañía. Es el caso del "Queen Mary", "Queen Elizabeth", "Avalon" o el "Southern Cross".

La gran donación de Antonio Rama ya está en las dependencias del Museo Massó, que ahora trabaja en la organización de una exposición temporal en la sala multiusos de la planta alta. La intención de futuro es que este espacio pueda recrear el ambiente de la Sala Noble y para ello está prevista la restauración de las vitrinas del antiguo museo. "Quiero que un público más amplio pueda disfrutar de esta colección como yo he disfrutado de ella. Ésa es la razón por la que he decidido donar las piezas", explica Antonio Rama, que también justifica la elección del Museo Massó. "Es uno de los museos del mar más importantes de España y su directora lo gestiona con gran profesionalidad y mucho mimo. Sé que es el lugar perfecto para la exposición", recalca.

Una decisión difícil

La decisión no ha sido fácil, tal como reconoce el coleccionista. "Me ha costado desprenderme de las piezas. Pero por otro lado estoy muy contento porque sé que a partir de ahora muchas más personas podrán disfrutar de la colección. Yo iré a las veces que pueda a visitar el museo porque estas antigüedades seguirán siendo parte de mí", concluye Antonio Rama Laguna.

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