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Pequeños penitentes de Semana Santa

Medio centenar de niños y niñas de la cofradía del Cristo del Consuelo participan activamente en las procesiones tras representar el primer viacrucis infantil de Cangas

Todos los participantes en el viacrucis infantil del domingo, ataviados para la ocasión. // Gonzalo Núñez

La mayoría de estos pequeños penitentes vinculados a la Catequesis son miembros de la cofradía del Santo Cristo del Consuelo, aunque también hay dos representantes de Los Dolores, precisamente los que dan vida a la Virgen y a José de Arimatea. El año pasado ya participaron en un via crucis sin figurantes, y ahora han dado un paso más representando escenas de la Pasión, trabajando durante todo el año para que todo esté a punto en estas fechas y bajo la tutela de sus familiares y de Adela Martínez Fariña, la denominada "jefa de tercio", que lleva la voz cantante y la autoridad durante las representaciones. "Desde mañana estarán en todas las procesiones, desde la Soledad de María hasta el Cristo Resucitado", explican algunas madres que ultiman los preparativos en la antigua Escola de Barbicas, el local cedido por el Concello como base operativa durante la Semana Santa" .

Esas instalaciones albergan también toda la indumentaria, que es compleja y diferenciada en función del sexo y la edad. Así, las niñas más pequeñas visten de negro con mantilla; los "guiones de tercio", con hábito y dalmática, y la jefa de tercio, de negro y con mantilla española. Los niños (y también alguna niña, siempre que hayan hecho la Primera Comunión) van ataviados con hábito, peto y capelina; con precapuchón o capuchón caído si se están preparando para la confirmación, y con capuchón las ya confirmadas. Los colores de la cofradía son azul para el hábito, capa grana y capuchón morado, desgranan las responsables mientras los más pequeños atienden a las explicaciones.

Todos los miembros -que proceden de Cangas y sus parroquias, pero también de municipios vecinos como Moaña o Marín- mantienen una línea estética para ser identificables y estar en sintonía en los actos conjuntos. "Queremos que se vean reflejados en la imagen de los mayores", matiza Adela, que destaca la entrega y entereza de los niños en los actos de Semana Santa, incluso sin desfallecer en procesiones "que empiezan a las siete de la mañana, como la Negación de San Pedro, o se prolongan hasta las tres de la madrugada, como la del Silencio". Sus madres apostillan que lo hacen "desde la cuna" y celebran con orgullo que sigan sus pasos.

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