La construcción de los nuevos carriles que convertirán el Corredor do Morrazo en una autovía arranca a comienzos de abril, después de meses de trabajo previo en todo el primer tramo del desdoblamiento -entre la rotonda de Domaio y el enlace de San Lourenzo- en tareas de limpieza o movimientos de tierras. La primera fase de este desdoble, que se prolongará durante varios meses, se llevará a cabo entre la salida del túnel de Montealegre y el comienzo del Viaducto da Moura. Es precisamente el tramo en el que un carril está cortado desde mediados de febrero debido al desprendimiento de parte del talud sobre la calzada.

Las obras de fijación de ese talud, en las que la Consellería de Infraestruturas está embarcada en estos momentos, acabarán a principios del próximo mes, justo cuando arranque la ampliación de la calzada. En este tramo los nuevos carriles se construirán hacia el lado del mar.

La decisión de comenzar en esta altura es precisamente por tratarse del punto en el que será más fácil regular el tráfico, y es que la Xunta mantiene que durante el tiempo de las obras se intentará no cerrar completamente el Corredor en ningún momento, para causar a los usuarios el menor grado de molestias posible. Solo el primero de los tres tramos que ejecuta la empresa Copasa tiene un plazo estimado de 24 meses de trabajo.

El tramo con un carril cortado en estos momentos ya no se reabrirá al tráfico con normalidad cuando acabe la fijación del talud que tuvo que ser drenado. Y es que las obras para construir los nuevos carriles obligarán a cerrar al tráfico el carril existente en dirección Vigo, pues ese espacio es necesario para la maquinaria en las tareas de ejecución de terraplenes y muros de sostenimiento.

A consecuencia de estos trabajos y para tener en todo momento tráfico bidireccional, la actual calzada en dirección a Cangas se reabrirá por completo, habilitando el carril lento en el sentido actual y el carril de adelantamiento para aquellos vehículos que circulen hacia Vigo.

Los técnicos encargados de los trabajos señalan que este tramo de Domaio que quedará abierto, entre el viaducto y el túnel, estará integrado por dos carriles de 3,50 metros y resguardo con respecto a la mediana existente de 0,72 metros. El arcén pasará a ser de 1 metro de ancho.

Una vez que se complete esta obra que llevará meses, el resto de puntos del primer subtramo, que suma 3,3 kilómetros de longitud, exigirán la utilización de semáforos para que el tráfico sea alternativo. Lo que causará más inconvenientes a los conductores que en el lugar elegido para comenzar.

Desde la Consellería de Infraestruturas reconocen que las obras provocarán incomodidades, pero recuerdan que el objetivo es avanzar en el desdoblamiento del Corredor, una mejora muy demandada. La conversión en autovía se empezó a demandar tanto por los accidentes que se registraron en el Corredor sobre todo en los primeros años, hasta la instalación de medianas y pivotes, como por los kilométricos atascos que se generan en las horas puntas durante los meses de julio y agosto, debido a la capacidad de atracción de las playas de O Morrazo.

Conexión con el puente

Las obras del primer subtramo, que deberán finalizar en unos dos años, contemplan construcciones de calado como una nueva conexión entre la futura autovía y la autopista AP-9, tanto en sentido a Pontevedra como a Vigo por el puente de Rande. Será una conexión directa a través de un viaducto mixto sobre la rotonda de Domaio. Esto permitirá dar más fluidez al tráfico.

Se contempla también doblar el Viaducto da Moura, que tiene una longitud de 415 metros lineales. El nuevo puente discurrirá en paralelo al actual y salvará el río Miñouba y la Poza da Moura. También se levantará un nuevo túnel de 134 metros para minimizar la afección a los restos arqueológicos de O Castro y los petroglifos de Vistalegre.

La duplicación se realizará por el margen izquierdo (sur) entre la rotonda y A Moura y por el margen derecho (norte) desde A Moura y hasta la salida de San Lourenzo.

Los trabajos de construcción de los nuevos carriles arrancarán un año después de que la Xunta licitase los trabajos. Su adjudicación se produjo en verano y el coste total de todo este tramo de más de 3 kilómetros asciende a 19.7 millones de euros.

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