Ordenanza para regular las zonas peatonales de Cangas, sí, pero no así. Es lo que vinieron a decir los grupos de la oposición de Cangas en el Pleno de ayer, que aprobó la propuesta de la Alcaldía con los únicos votos de los concejales del gobierno tripartito, pues el PSOE votó en contra y tanto el PP como el edil de Cangas Decide optaron por la abstención con el argumento de que se trata de una ordenanza elaborada al margen de los principales interesados, que no da soluciones a problemas graves, como el aparcamiento y que debería retomarse con más participación. Auguran que recibirá un aluvión de alegaciones durante su período de exposición pública, que obligarán a modificarla en profundidad.

Un "simulacro de ordenanza" propio de un régimen como el de Corea del Norte, la calificó el portavoz del PP Rafael Soliño, que lo califica de "pouco seria" y está convencido de que "nace morta" por falta de consenso. Alfredo Iglesias, del PSOE, criticó "o fondo e a forma" y que está "incompleto" porque carece de los informes preceptivos. José Luis Gestido abundó en esos argumentos y pidió más rigor. Desde el gobierno, el alcalde, Xosé Manuel Pazos, asegura que la ordenanza reguladora mejora lo que hay y podrá mejorarse con aportaciones vecinales, y recriminó el "cinismo político" del PP por criticar carencias que ellos promovieron, como la escasez de medios de la Policía Local. La edil del BNG Mercedes Giráldez defendió priorizar las personas sobre los coches en el casco histórico y el diálogo con los afectados en busca de consenso.

A continuación se debatió la propuesta del alcalde para retirar la simbología franquista de la fachada de la excolegiata. Pazos dio la palabra a Camilo Camaño, en representación de la Asociación Memoria Histórica, quien recordó que ya existe una ley al respecto, pero no se cumple. Explicó que la retirada del panel con una relación de muertos del bando "nacional" contribuiría, además, a cerrar un negro capítulo y a mejorar la convivencia ciudadana. Abogó por el consenso de la Corporación, más allá de intereses partidistas, pero no lo logró por la abstención de los ediles del PP y Cangas Decide, lo que generó murmullos de desaprobación entre un sector del público. El concejal de ACE Mariano Abalo les advirtió que "lle leven o recado" a la Iglesia de que "se non o retiran eles teremos que retiralo nós", mientras el alcalde acusó a los populares de posicionarse con el "bando dos vencedores" y de servir a los intereses del clero. Dijo comprender "a carraxe" de los afectados porque el Pleno "debe honrar tamén aos que morreron nas cunetas".

En el turno de mociones, el PSOE presentó una para pedir la rebaja en la carga impositiva del Catastro en las instalaciones agrícolas y ganaderas del rural derivadas de una reciente revisión. El alcalde anunció que el Concello se encargará de asesorar al respecto y ha llegado a un acuerdo con la Asociación de Consumidores de Galicia para poner un local a su disposición. En consecuencia, los socialistas retiraron la moción.

El PP tomó el relevo con una moción exigiendo que se "reactive" el parque de maquinaria de la Diputación, que permanece "paralizada", con sus 40 trabajadores, porque no se le asigna tareas. Se abrió un debate sobre los modelos de gestión de la izquierda y la derecha y se intercambiaron acusaciones de "enchufismo" o de amiguismo a la hora de repartir los fondos públicos entre concellos en función de su color político, un vicio en el que al anterior presidente, Rafael Louzán, y su equipo de gestores del PP fueron los más citados.

El orden del día del Pleno también incluía una moción de Cangas Decide referente a la tramitación del PXOM, que fue retirada ante el compromiso del edil de Urbanismo, Mariano Abalo, de convocar de inmediato a los portavoces para definir los pasos a seguir, al igual que una del PSOE que pedía al edil que explicara la situación de varios asuntos urbanísticos de relevancia, como el desarrollo de Massó, infracciones y sentencias judiciales que afectan a su departamento.