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Una empresa con sede en Moaña inspecciona el montaje de un parque eólico en Brasil

Galventus encuentra en el extranjero el trabajo que escasea en España por el parón del sector de las energías renovables -La firma también trabajó en Turquía, Chile y Polonia

Carlos Vázquez, en el solar de Sete Pías donde la empresa custodia las palas de aerogeneradores. // Iñaki Abella

Las empresas dedicadas al mantenimiento de parques eólicos existentes en Galicia pueden contarse con los dedos de una mano. En la provincia de Pontevedra solo existe una, Galventus Servicios Eólicos, que tiene su almacén y taller de reparación en el polígono industrial de Sete Pías (Cambados) y su oficina en Moaña. La firma trabaja actualmente en Brasil, donde está inspeccionando el montaje de un parque de aerogeneradores en el sur del país.

La firma la crearon en 2008 tres socios: el cambadés Carlos Vázquez, de 38 años; Xosé Lois Pazos, de Marín, que ha pasado hace poco de los 50 años; y Manuel Mora, de Moaña, que anda por los 40. Pazos es profesor en Aixola, una escuela de Marín especializada en trabajos con fibra de vidrio -material principal de las aspas de los aerogeneradores eólicos- y Vázquez y Mora se conocieron en uno de sus cursos.

Pasado el tiempo, el arousano entró a trabajar en una empresa dedicada al mantenimiento de parques eólicos. Vio que era un sector en auge, y en 2008 recuperó el contacto con Mora y Pazos y montaron entre los tres Galventus. "Los inicios fueron muy complicados. Mora y yo tuvimos que hacer muchos miles de kilómetros por España para encontrar clientes. Porque a los clientes hay que tocarlos varias veces hasta que empiezan a confiar en ti".

Tanto es así que el primer trabajo de su empresa no llegó hasta finales de 2009, cuando Acciona les planteó irse a Grecia a trabajar en la construcción de un parque. "Así que Mora y yo cogimos los bártulos y nos marchamos para allá".

Pasado el tiempo, la firma -cuyas oficinas están en Moaña- trabajó también en Polonia, Turquía o Chile. En cuanto a Galicia, son los responsables del mantenimiento de los parques de Barbanza, A Estrada, Viveiro u Ortigueira. "En España ahora mismo no se están montando parques por la retirada de las ayudas a las energías renovables", lo que ha motivado que las grandes empresas del ramo hayan puesto su punto de mira en el extranjero. "Y empresas como la nuestra nos lleva fuera de su mano". Galventus se ocupa de la inspección y reparación tanto de las aspas o palas de los "molinos" como de sus torres. Sus principales clientes son gigantes del sector eólico, como Acciona, Gas Natural-Fenosa o Enel (Endesa).

En invierno es temporada baja para firmas como Galventus, puesto que las condiciones meteorológicas -nieve, viento excesivo o lluvia- impiden realizar trabajos de altura, de modo que la plantilla es de apenas 25 personas, pero entre marzo y octubre, la firma duplica su número de trabajadores. En cuanto a equipos, Carlos Vázquez explica que cuentan con varias suspendidas, así como con grúas con un brazo capaz de alcanzar los 100 metros de altura. "Trabajas a mucha altura -explica el cambadés a la pregunta de si es un oficio peligroso-, pero si cumples con tus normas de seguridad no te va a pasar nada".

Eso sí, admite que una persona con vértigo no valdría para el trabajo. "La primera vez que me vi arriba estaba a 80 metros y tenía que descender por una cuerda, haciendo rápel, y la verdad es que lo pasé mal y que me lo tuve que pensar mucho. Tardé tres cuartos de hora en bajar", rememora.

Carlos Vázquez, que procede de una familia que regentó un aserradero de madera, considera que el eólico es un sector económico con muchas posibilidades de futuro. Tanto es así que la empresa que codirige con Mora y Pazos sigue creciendo. Llevan dos años y medio instalados en Cambados, y hace unos seis meses compraron una parcela colindante con su nave en el polígono de Sete Pías, en la que hay ahora depositadas un gran número de palas de aerogeneradores. La intención de la empresa es edificar en dicho solar otra nave, para de ese modo trabajar más cómodamente.

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