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El futuro de Moaña se forma al otro lado del Atlántico

La joven Laura Durán obtiene la beca de Amancio Ortega para estudiar un año en Estados Unidos

Laura Durán en el instituto As Barxas. // Gonzalo Núñez

Otro año más una estudiante moañesa se formará durante un curso en Estados Unidos al lograr una de las becas de la Fundación Amancio Ortega. De las 500 becas para el curso académico 2016/2017 que concede esta Fundación para que estudiantes españoles experimenten la formación en Estados Unidos o Canadá, una de ellas recayó en Laura Durán Fervenza, una estudiante de 4º de ESO del instituto As Barxas. Vecina de la parroquia de Domaio de 15 años, empieza a asimilar que en agosto iniciará una nueva vida al otro lado del charco, aunque todavía no sabe su destino exacto. "Me preguntaron por mis destinos preferidos en Estados Unidos, pero puse al azar, así que aún no sé a donde iré", aclara.

Laura Durán fue una de las 7.700 estudiantes inscritas en todo el Estado, 4.000 de ellos solo en Galicia. Realizó el primer examen en Santiago el pasado diciembre. "Consistió en varias preguntas tipo test que teníamos que responder tras escuchar audios en inglés de materias como historia o matemáticas", indica la moañesa, que conoció su nota a finales de enero. Sacó un 9,1 sobre 10. Fueron dos las alumnas de este instituto que probaron suerte y solicitaron esta beca, pero Durán fue la que alcanzó la nota.

La inscripción exigía requisitos mínimos como una nota media igual o superior al 7 en 3º de ESO. En la asignatura de inglés la nota mínima de los aspirantes no podía bajar de un 8. En los últimos años fueron varios los estudiantes de Moaña que obtuvieron por esta u otras vías una beca para formarse al otro lado del Atlántico.

La ayuda de la fundación que lleva el nombre del fundador de Inditex cubre la totalidad del curso académico, incluyendo la tasa de escolarización, el viaje, el alojamiento, la manutención o los seguros médico y de accidentes.

Antes incluso de saber si estaba entre las elegidas, la joven de Domaio pasó una entrevista por Skype. "Tuve que realizar una exposición en inglés. Hablé sobre la desigualdad. Después me preguntaron varias cosas en español", recuerda.

Se inscribió en este programa para estudiar en Estados Unidos "porque hablan muy bien de sus institutos. Sobre todo porque tienen clases de robótica y materias relacionadas con la tecnología", indica la joven que tiene claro que se decantará por la ciencia en sus estudios superiores "aunque todavía no sé la carrera".

Explica que en la nueva vida que le espera en unos meses vivirá con una familia americana. "Estoy algo nerviosa, pero todavía no lo tengo asumido del todo. Mis amigos se están apuntando a viajar para visitarme", comenta con humor.

Clases de teatro y de japonés son algunos de los pasatiempos de una de las 500 becadas por la prestigiosa fundación este año.

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