La Guardia Civil encontró más de una veintena de piezas de interés histórico y artístico procedentes del pazo de Vista Alegre, en la parroquia canguesa de Aldán, en la vivienda de un vecino de Mos que las vendía a través de una página de Internet. Los agentes imputan a G.P.P., de 34 años, la autoría de un robo con fuerza tras confirmar que en el pazo hay una ventana forzada y del interior faltan numerosos objetos, entre los que se encuentran varias puertas de castaño y de roble macizas y talladas -16, según fuentes próximas a la investigación-, y dos de ellas curvadas, las que daban acceso a la torre a través de una escalera de caracol realizada el piedra. La Benemérita valora en "más de 30.000 euros" las piezas incautadas, "catalogadas como bienes de interés cultural".

Según ha podido saber FARO, la investigación comenzó tras la denuncia de una vecina de O Hío que detectó cómo a través de las redes sociales (concretamente con la aplicación wallapoop) se estaban ofertando varias puertas centenarias que reconoció como procedentes del pazo de Vista Alegre, del que ella tiene referencias y que actualmente está deshabitado. De inmediato puso los hechos en conocimiento de los cuerpos y fuerzas de seguridad, que se encargaron de investigar los hechos hasta identificar al supuesto autor del delito, que fue detenido el miércoles. El hombre no opuso resistencia y consintió voluntariamente la entrada y registro de su vivienda, donde se recuperaron "21 piezas de gran tamaño y cinco menores, todas ellas identificadas como procedentes del citado pazo", según confirma la Guardia Civil, que dejó en libertad al detenido con la obligación de presentarse en el Juzgado número 1 de Cangas.

Varias personas que conocen la situación del pazo aseguran que lleva varios años deshabitado y, supuestamente, siendo objeto de expolio. Su situación aislada y la carencia de cierre del gran terreno que lo circunda favorece las visitas de los vándalos que destrozan las instalaciones o se llevan objetos de valor que pueden alcanzar generosos precios entre los anticuarios.

En este caso concreto, las puertas estaban a la venta por 1.000 euros la unidad, aunque dos de ellas -las que están talladas en curva para poder encajar en la escalera de caracol que da acceso interior al torreón- alcanzarían un valor económico superior. Todas ellas están realizadas en maderas nobles y una datación centenaria, según estimaciones de personas conocedoras de ese patrimonio. Para acceder a él, el autor o autores del expolio llegaron a forzar una puerta y una ventana exteriores, quedando los cristales rotos como prueba.