Con los permisos de Xunta y Concello bajo el brazo termina la odisea que supuso el traslado de la línea de producción de la histórica empresa Conservas Iglesias de Cangas a Moaña. Desde el lunes 8 de febrero la empresa está produciendo en su nueva sede, la nave que anteriormente utilizaba Cruzmar. Se puso fin así a un parón productivo que se prolongaba desde septiembre. Poco a poco la adaptación a las nuevas instalaciones y la nueva maquinaria empieza a ser una realidad y los responsables de la empresa esperan que en marzo las instalaciones estén a pleno rendimiento.
En estos momentos las tres líneas de producción están sacando 800 cajas de conservas al día, lo que supone 80.000 latas. En unas semanas la centenaria conservera pondrá en el mercado 150.000 latas cada día.
Ahora mismo son 55 las trabajadoras que están ya produciendo en Moaña y en los próximos días serán unas 70, al integrarse las 8 últimas trabajadoras de la antigua Cruzmar que los responsables de Iglesias se comprometieron a absorber.
En la nueva nave la empresa dispone de 3.200 metros cuadrados, frente a los 1.000 metros de la nave de Ojea en Cangas. Pasó de 2 a 3 líneas de producción. De ellas una se dedica al procesado y envasado de mejillón, otra de sardinilla y la tercera al resto de productos como la ventresca de atún o la caballa. Desde la dirección de la empresa señalan que aun así la sala de esterilización y de almacenamiento en frío debería ser más grande, lo que les permitiría producir durante un segundo turno. En estos momentos el personal trabaja de 7.00 a 15.00 horas.
El gerente de la compañía, Ramón Iglesias, explica las distintas mejoras que acometieron en las instalaciones tras una inversión de 5,5 millones de euros contando con el precio de la nave. Se amplió la depuradora de las aguas que se recogen en el proceso productivo. Ahora cuenta con tres fases para evitar vertidos indeseables. Se instalaron también dos puntos de control de acceso y desinfección, por el que pasan todas las trabajadoras antes de entrar en la nave y que desinfecta manos y calzado.
En su nuevo emplazamiento la conservera ganó a la hora de almacenar los aceites y vinagres necesarios para conservar los productos procedentes del mar. "En Cangas solo teníamos depósitos para 1.000 litros y tenían que llegar suministradores de aceite diariamente", indica el gerente. En la parte trasera de la nave actual cuentan con hasta siete depósitos en donde almacenan más de 60.000 litros de aceite y vinagre.
El personal va solventando poco a poco los problemas que surgen con la nueva maquinaria, después de un largo proceso de traslado que se remonta a la primavera del año 2014, cuando Conservas Iglesias presentó su proyecto por primera vez ante el Concello de Moaña. Desde entonces ha logrado los permisos de la Secretaría Xeral de Urbanismo y de Augas de Galicia, pues parte de la nave está rodeada por el Río dos Ladróns. Recientemente se regularizó también el permiso municipal, para el que faltaban pequeñas adecuaciones. El Concello había paralizado los trabajos en una ocasión, tras una orden firmada durante el anterior mandato. La fachada de los terrenos que da hacia el río no se cerrará.
Trámites
Desde la empresa señalan que en sus últimas reuniones con el Concello se les pidió que fuesen "respectuosos co medio ambiente" y aseguran que serán "escrupulosos" a la hora de actuar para evitar problemas. De todas formas aseguran que la obligación de efectuar únicamente obras de conservación de la nave, que no incrementen su valor, supuso la mayor parte de los problemas.
Ya contaban con la licencia de actividad, pues la tenía la anterior conservera que ocupaba este espacio y que paró su producción. A las oficinas se accede por la calle Rosalía de Castro.
Este espacio se suma a la nave que la conservera tiene en el polígono de As Gándaras en Porriño, y que se usa como almacén, y a la nave de Ojea en Cangas, que también se está empleando con estas funciones.
