La corporación de Moaña rechazó la moción presentada por el PP y que motivó la sesión extraordinaria de ayer. Todos los partidos defendieron que el paseo se ejecute íntegramente por el litoral, pero los ediles de BNG, PSOE y XM rechazaron acudir por vía judicial para revertir los terrenos de los 6 metros de servidumbre en la concesión que ocupan los astilleros tradicionales de Casqueiro e Carlagho, por lo menos en los términos de la moción. El pleno fue de todo menos tranquilo y se evidenció una escalada de crispación social en el municipio alarmante, desde que arrancaron las protestas el sábado 30 de enero.

La tensión se produjo desde el primer momento. El pleno empezó con retraso porque integrantes del grupo de vecinos que mantiene las protestas rechazando una modificación en el trazado por la acera de Concepción Arenal que ya fue descartada se sentaron en los asientos reservados para los concejales. Tardaron en aceptar la obligación de levantarse. En las constantes intervenciones de miembros de este colectivo que se está constituyendo en plataforma se criticó que el pleno no se celebrase en el pabellón de Reibón, como pidió el PP. Muchos de los asistentes presenciaron de pie una sesión que se prolongó hasta medianoche.

Fueron los vecinos los que llevaron la voz cantante en la primera parte el pleno, con un clima de tensión constante. Hasta 13 miembros de este grupo tomaron la palabra Eugenio Santomé y Sheila Fernández insistieron en que la sesión debería celebrarse en un pabellón,. Carmen Costa aseguró que el Concello persiste en "manter activa unha ilegalidade constante na zona dos asteleiros", señalando que las concesiones deberían ser retiradas. Intervinieron también los vecinos José Antonio Núñez y Daniel Villanueva, quien defendió que el espacio de los astilleros debería destinarse "a aparcamentos". Antonio Pastoriza Paz alegó que el cambio en el proyecto con el que se reiniciaron las obras en enero se había adoptado "sen exposición pública" y cargó duramente contra las carpinterías de Casqueiro e Carlagho asegurando que "con todas as necesidades que ten o Concello non entendemos por que hai que poñer iso en valor". Definió las estructuras de madera como "unha ruína que está a caír". En similar sentido se pronunciaron Jesús Collazo, Pablo Antepazo, Evaristo Casás, Teresa Silva y José Cancelas.

La réplica llegó con la lectura de un escrito por parte de Pablo Martínez, de la Asociación de Embarcacións Tradicionais Sueste. Fue interrumpido en numerosas ocasiones y la alcaldesa, Leticia Santos, llegó a amenazar con parar la sesión ante los gritos e insultos que una parte del auditorio dirigió al integrante de Sueste. Martínez acusó al anterior alcalde y portavoz del PP, José Fervenza, de sacar adelante el proyecto del paseo con una absoluta falta de seguridad jurídica "nun litoral complexo, con terreos públicos, privados ou con concesións". Alertó de que esta obra pasará a la historia por generar un conflicto que a su juicio es "produto do xogo sucio do PP". Aunque algunos miembros de la plataforma descartaron su vinculación con el principal partido de la oposición, la realidad es que aplaudieron la llegada e intervenciones de Fervenza, cuya argumentación fue la única escuchada en absoluto silencio.

El momento de mayor crispación se produjo cuando Pablo Martínez recordó que en esta escalada de tensión se produjo un intento de quemar el astillero de Casqueiro arrojándole una rueda en llamas y un intento de agresión a un integrante de Sueste. Desde la plataforma del paseo criticaron duramente estas palabras al entender que se les estaba acusando. La edil del PP, Estela Santomé, salió en su defensa "porque se acusó a los vecinos de terroristas".

A duras penas el portavoz de Sueste pudo continuar para recordar los organismos que defienden la conservación del patrimonio marítimo como estos astilleros y para pedir un paseo "que non sexa un parche e se presente como unha solución integral na fronte marítima, que non faga desaparecer os elementos que aportan singularidade".

Entre continuas llamadas al "silenzo, respecto e tranquilidade" de la regidora, el integrante de Sueste dio paso a José Curra, presidente de la Asociación de Veciños Praia-Seara. Aludió directamente a Fervenza para reconocer que este colectivo le presentó la alternativa de bordear los astilleros, pero criticó que cargase sobre ellos las culpas "porque os proxectos non chegan á Xunta e a Costas sós, senón que é o Concello o que os remite".

Concepción Trigo tomó la palabra para señalar la necesidad de este paseo "pero se poder ser salvando o noso patrimonio". Luisa Covas, de la plataforma, aprovechó para condenar la violencia e insistir en que se requieran a los concesionarios los 6 metros de servidumbre.