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La dueña de la finca colindante con la capilla de Santo Domingo permite el acceso para repararla

Asegura que firmó un acuerdo con el cura en junio de 2015 pero no ha vuelto a saber de sus planes

La capilla de Santo Domingo, situada en el lugar de A Pedreira. // G.Núñez

La propietaria de la finca colindante con la capilla de Santo Domingo y Santa Isabel, en A Pedreira, tiene firmado desde el 5 de junio de 2015 un acuerdo con el párroco de Coiro, Benito de la Iglesia Blanco (que actúa en nombre de la Iglesia Católica) por el cual consiente la entrada en su propiedad con el fin de colocar el andamiaje para reparar las paredes y fachada del inmueble. Las únicas condiciones son que el párroco disponga de las licencias oportunas para realizar la obra y preavise al menos con una semana de antelación de las fechas de inicio y remate de las mismas "para poder abrir el acceso en esas fechas o durante el tiempo que duren" los trabajos, además de limpiar la parcela y subsanar los daños que puedan producirse derivados de esa actuación.

Así lo asegura Angélica Costa Castro, dueña de dicha finca colindante, que discrepa sobre su "supuesta negativa a permitir que se ejecute cualquier trabajo que pueda invadir su propiedad", como señalaron recientemente otros vecinos. La señora recalca su plena disposición a colaborar en este asunto, aunque reconoce que desde aquel acuerdo alcanzado en junio de 2015 desconoce la situación en la que se encuentran los permisos solicitados para realizar la obra. "Lo que podemos asegurar es que nadie se ha puesto en contacto con nosotras para el inicio de las obras, y que el acuerdo por el que pueden entrar en mi propiedad continúa vigente", asegura.

El vínculo de la familia de Angélica Costa con la capilla de A Pedreira viene de lejos, según testimonia. "Mi familia fue propietaria de la capilla de Santo Domingo y Santa Isabel, que fue vendida por doña Balbina Zabala (tía de mi bisabuela) a don Manuel Vivero, anterior párroco de dicha capilla". Por ello, "siempre le hemos dado un gran valor y hemos tenido gran estima a dicho inmueble, lo que hace que nunca hayamos perjudicado su conservación y mantenimiento", asegura. Concreta que fue su madre, María del Carmen Castro Dobarro, "quien informó al párroco Benito de la Iglesia de la situación en la que se encontraba el lateral y la cubierta de la capilla", según afirma esta vecina.

Peligro de derrumbe

Precisamente el mal estado de las paredes y cubierta de este inmueble fue denunciado recientemente por representantes de la asociación de vecinos de A Pedreira, que alertan de que el problema empezó por pequeñas grietas pero los desperfectos son cada día máis visibles y graves, hasta el punto de que ultimamente ya están cayendo cascotes. Advierten de que las consecuencias ya pueden contemplarse en el techo desconchado y las agrietadas paredes de piedra de la capilla, que cada semana acoge la misa dominical oficiada por don Benito. "Hai que tomar medidas urxentes para que non pase nada, porque pode virse abaixo", insiste el presidente del colectivo, José Antonio Antepazo, que ya lo ha puesto en conocimiento del Concello. Tanto el alcalde, Xosé Manuel Pazos, como la concejala de Obras e Servizos, Mercedes Giráldez, entienden que "a situación é grave", por lo que encargaron un informe técnico y comunicaron la situación a Patrimonio de la Xunta.

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