Poco antes del mediodía Pepe Otero Reiriz desembarcaba en el puerto de Bueu. En su mano derecha portaba una bolsa azul en la que estaba su medicación para el corazón, los mismos medicamentos que le llevó la patrullera de la Guardia Civil el viernes a la isla de Ons. Pepe, hijo del antiguo farero, se quedó literalmente aislado por culpa del continuo mal tiempo y sucesión de temporales. "Nunca vi algo tan seguido, todo era lluvia y viento, con olas de siete u ocho metros. Apenas incluso podía salir de casa", contaba ayer nada más desembarcar.
A él le gusta pasar temporadas en la isla en la que nació, aunque esta última estancia se hizo un poco más larga de lo esperado. Tanto que incluso se quedó sin la medicación que debe tomar para el corazón, pues le tuvieron que colocar un "bypass". "La Guardia Civil se portó muy bien. Primero fueron a casa a buscar los medicamentos, luego volvieron a Marín y después vinieron en la lancha a Ons. Se portaron muy bien y les estoy muy agradecido", cuenta. El buen tiempo de ayer le permitió volver a Bueu a bordo de uno de los barcos del Grupo Acuña porque hoy y mañana tiene cita y revisión con el cardiólogo.
