El mal estado de la estructura de la capilla de Santo Domingo, en A Pedreira, cuyas paredes y techo presentan grietas y desprendimientos de cascotes que hacen temer por su derrumbe, está siendo "estudiado" por los responsables eclesiásticos con el fin de determinar qué tipo de intervención se puede hacer y si es viable llevarla a cabo. El párroco de Coiro, Benito de la Iglesia, está "preocupado" por la situación, y espera que los informes técnicos lo aclaren, según explican algunos feligreses, aunque no tienen claro quién tendría que intervenir si resulta urgente hacerlo.
El Concello ha recibido en las últimas semanas varias consultas sobre este particular, aunque sus responsables insisten en que las competencias recaen en la Iglesia y la Dirección Xeral de Patrimonio. El arquitecto municipal, Alfonso Lage, no estaba ayer de servicio y por tanto no acudió a realizar el informe que demandan los vecinos, aunque, en días pasados, sí visitó la capilla el inspector de obras, que advirtió de la "mala pinta" que presentan las grietas y del serio riesgo de que la situación se agrave.
Los primeros sondeos técnicos apuntan a la filtración de agua por la cubierta y su consiguiente deterioro y empuje sobre los muros laterales de piedra, que ya han sido atravesados por las fisuras. También se estudia si la cimentación es firme o se ha ido debilitando hasta poner en peligro la verticalidad del templo. Los feligreses temen que la caída de cascotes pueda provocar daños personales, pues la capilla acoge misa todos los domingos por la mañana, y también que, si llega a caerse, ya no se levante nunca porque sería inviable.
Uno de los problemas al que se enfrentan las autoridades es la discrepancia sobre la titularidad de la finca colindante y la supuesta negativa de sus titulares a permitir que se ejecute cualquier trabajo que pueda invadir su propiedad, que sería objeto de litigio.
