Un nuevo desprendimiento de piedra y tierra obliga a cortar parte del Corredor do Morrazo. Desde ayer, alrededor de las 20.00 horas, el acceso a esta carretera desde la rotonda de Domaio que conecta con el Puente de Rande está cortada. La gravedad del desprendimiento hace que de momento no sea posible ofrecer una fecha para la reapertura de ese tramo. El derrumbe ocurrió a última hora de la tarde y fue la principal consecuencia del temporal de lluvia que azota la comarca en las últimas jornadas.

El suceso se localizó pocos metros después de la salida del túnel de Montealegre en dirección a Cangas. La tierra y las piedras se derrumbaron justo sobre el único tramo del Corredor en el que existe un carril intermedio habilitado para permitir el adelantamiento. El material desprendido cubrió los dos carriles de ese sentido de circulación e incluso era visible de noche desde el carril de bajada hacia la rotonda de Domaio, que permaneció operativo en todo momento. Las piedras sobresalían por encima de la mediana que divide ambos sentidos de circulación y que actuó como freno para impedir que se extendieran a todo lo ancho de la calzada.

Ante la gravedad del desprendimiento, efectivos de la Guardia Civil desalojaron ese sentido, en el que se habían formado retenciones, y cortaron de inmediato el Corredor entre la rotonda de acceso en Domaio y la entrada de San Lourenzo. Por suerte no circulaba ningún coche en el punto del derrumbe cuando parte del talud se vino abajo, lo que hubiese ocasionado un siniestro de mayor gravedad.

Personal de Conservación de Estradas acudió a la zona y antes de las 22.00 horas tomaron la determinación de cerrar indefinidamente ese sentido de la circulación en el acceso para realizar los pertinentes estudios geológicos antes de iniciar una limpieza y reapertura de la carretera. Este personal de la Consellería Infraestruturas -la administración titular del Corredor- se desplazó para traer hasta el acceso a la carretera una estructura de vallas y señales que permita el cierre indefinido del tramo en dirección Vigo-Cangas.

Se repiten los problemas por desprendimiento de los taludes en un vial en el que se acaba de iniciar el proceso para convertirlo en autovía. En abril de 2015 se produjo el episodio más cercano, cuando una conductora perdió el control de su vehículo al pinchar una rueda con las piedras de pequeño tamaño que cayeron también a la altura de la parroquia de Domaio.

Pero, sin duda, los mayores desprendimientos fueron los registrados entre febrero y marzo de 2014 y que obligaron a desviar a los coches por la primera salida de Cangas durante meses, mientras se acometieron unos complejos trabajos de fijación del talud con hormigón que costaron a la Xunta cerca de un millón de euros.

Entonces se cortó un tramo del carril en sentido Aldán y, sobre todo, los kilómetros inmediatamente posteriores al ramal de salida hacia Cangas y Ameixoada. La caída de parte del talud provocó el desprendimiento sobre la calzada de los bloques que integran el muro de contención. Un equipo de geólogos tuvo que inspeccionar la zona antes de decidirse por el sistema que permitió recuperar la normalidad del tráfico varios meses después.

Otros viales

Las intensas lluvias generaron otros problemas en las carreteras de Moaña, como un desprendimiento de mañana en la PO-313 a la altura de Cruz da Maceira o una nueva caída de un talud en la zona de O Outeiro, en San Martiño.