Aunque existen informaciones contradictorias sobre el origen de la capilla de Santo Domingo y Santa Isabel, las más documentadas apuntan a su fundación a principios del siglo XVIII por la familia Hormaechea, de origen vasco, y tendría una finalidad onomástica en recuerdo a sus fundadores. De hecho, Santo Domingo y Santa Isabel son dos de las imágenes que acoge esta nave con techo a dos aguas, puerta de entrada con arco de medio punto, escudo y espadaña de un solo vano y coronada con una pequeña cruz de piedra. La Virgen del Carmen, San José con el Niño Jesús, San Antonio o el Sagrado Corazón son otras de las imágenes que se honran.