La playa de Mourisca, en la parroquia buenense de Beluso, ha aparecido esta mañana literalmente sembrada de restos de chapapote. Este vez no se trata de pequeñas manchas o "galletas", sino de bloques de conglomerado. Algunos de ellos de gran tamaño, con espesores de más de medio metro, y que se parecen a rocas.

La alerta la dio un vecino que acudió esta mañana a pasear por la playa y se puso en contacto con responsables del Concello de Bueu. Desde el ayuntamiento avisaron al 112 y durante esta misma mañana se personaron en la zona agentes de la Policía Nacional.