La solidaridad en el mar es algo que se mantiene hasta el último segundo. Marineros de la Cofradía de Pescadores de Cangas dejaron por unas horas sus aparejos y se sumaron ayer a la búsqueda de los desaparecidos en el naufragio de Agoeiro, Borja Alonso y Filipe Manuel de Brito. Hasta cuatro embarcaciones dedicadas a la captura del erizo y cinco barcos de la navaja se sumaron al operativo que ayer tenía como principal misión la inmersión de las aguas próximas al islote donde se produjo el pasado viernes el naufragio. El mar había perdido la fuerza de días atrás y se estaba a punto de cumplir una semana de la tragedia, que es cuando los cuerpos, según la tradición marinera, salen a flote. Los "navalleiros" mostraron sus dotes para la inmersión y lo hicieron a botella y a golpe de pulmón. Pero quienes conocen bien esas aguas son los que se dedican a la extracción del erizo. Bucean todos los días en esas aguas y las conocen perfectamente.

Desde el primer día, los pescadores de la Cofradía de Cangas no escatiman horas en la búsqueda los desaparecidos. Borja Alonso y su tío Juan trabajan en el plan de explotación del percebe. Hay percebeiros controlando la costa de Cangas desde primera hora de la mañana, según relataban ayer varios de los que formaban parte de este operativo especial que se unión al dispuesto por la Guardia Civil para proceder a la inmersión en aguas de Agoeiro, una roca que los percebeiros conocen porque de ella extraen su mejor producto y a la que acuden solo dos o tres veces al año. Los restos aparecieron en un radio de 300 metros y afirman que si la hipotermia no acabó con ellos, los cadáveres deben estar por ahí. Hoy volverán temprano a inspeccionar las aguas.