Los molinos históricos del entorno de A Poza da Moura, en Domaio, cuentan con una intensa presencia humana visible desde el Corredor do Morrazo desde hace más de dos semanas. Y es que los comuneros de Domaio están poniendo en valor estas joyas de la arquitectura tradicional dentro del proyecto de recuperación del sendero del Freixa y de construcción de un mirador de madera en la zona de Niño do Corvo.
La limpieza y rehabilitación de las partes más dañadas de los llamados "Muíño da Máquina" y "Muíño de José María" finalizará en las próximas semanas. Restauraciones menores en las cubiertas o en la puerta de entrada, así como en el canal de recogida de aguas es lo que hicieron en dos estructuras ubicadas en un paraje privilegiado con vistas sobre la ría de Vigo.
El más pequeño de los molinos, el de José María, fue trasladado a este punto tras una decisión de la comisión de seguimiento vecinal de las obras del Corredor, pues la carretera pasaba por su antigua ubicación.
La intención de los comuneros de cara a un futuro es poner uno de ellos en funcionamiento y poder realizar vistas guiadas sobre la historia de estos elementos tan importantes en la economía de la comarca. Ambos molinos se encuentran en terrenos comunales. La ribera del río Freixa esconde al menos 17 molinos históricos en mal estado de conservación.
Continúan mientras tanto con su proyecto de recuperación medioambiental. Recuperaron la senda del río Freixa, retirando de sus márgenes especies como las acacias. Ahora se plantarán frondosas propias de este ecosistema. Se trata de unos 3 kilómetros de ribera que contaba con puentes de madera. Parte del lugar conocido como O Souto, en el barrio de A Costa. Asciende por Carregueira, Paradela, A Devesa y llega hasta As Meáns, cerca de la urbanización de Golf Domaio. Pasa sobre el Corredor para abandonar el río y continuar por un antiguo camino que comunica con Pedra do Navío y llega hasta la antigua cantera de Chan do Porco. Será aquí en donde se instale un mirador. Ya terminaron los trabajos relativos al movimiento de tierras y ahora solo resta la estructura de madera.
Las obras, que comenzaron en julio con un presupuesto de 95.000 euros, encaran su recta final. Entre los trabajos en madera que faltan está la cartelería, que incluirá nombres de lugares y paneles con los sitios de interés en todo el roteiro. También se ubicará un panel en el nuevo mirador que identifique la toponimia de los lugares visibles.
